Declara ante el juez el anciano que mató al ladrón que entró en su casa: “Me entró el pánico”
El hombre apela al instinto de supervivencia durante su declaración y asegura que su intención no fue matarlo sino evitar que les hicieran algo a él y su mujer.
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El lunes comenzó el juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Balears por la muerte de un ladrón cuando entraba en la casa de un jubilado que le disparó con una escopeta, quitándole la vida.
Los hechos ocurrieron el 24 de febrero de 2018 cuando Pau Rigo, un anciano de Porreres, localidad de Mallorca, se encontraba en su vivienda. Era por la mañana y después de haberse levantado tarde, Pau salió al jardín de su casa mientras su mujer se encontraba en el interior y en ese momento dos encapuchados lo atacaron por la espalda para robarle.
Tres meses antes había pasado algo similar y habían llegado, incluso, a atarlo. Esta segunda vez, tras un forcejeo y acabar acompañando a los dos ladrones al lugar en el que estaba la caja fuerte de la casa, Pau recordó que tenía una escopeta en su dormitorio por lo que pudo alcanzarla. Según su versión solo pretendía intimidarlos pero tras las amenazas de los dos encapuchados acabó detonándola y acabando con la vida de uno de ellos.
En su declaración ante el juez, que tuvo lugar ayer mismo, 12 de septiembre, el anciano apeló al instinto de supervivencia y a la legítima defensa, para justificar que hubiera disparado contra el joven que pretendía robarle.
De esta manera Rigo explicó al juez que mientras los dos ladrones, que eran hermanos entre sí, buscaban el dinero, según recordó el anciano, se mostraron muy violentos, porque no estaban contentos con el botín. «Esperaban más dinero». En un momento determinado Pau Rigo subió desde el sótano, entró en la habitación de su mujer y allí cogió la escopeta, que tenía cargada.
Después se situó frente a la puerta del dormitorio esperando a que entraran en cualquier momento. “Los dos subían y bajaban, estaban muy violentos”, dijo al magistrado. Su intención en ese momento, según su confesión, era que se asustaran al ver el arma y se marcharan, pero no lo hicieron.
“Cuando les apunté me amenazaron con golpearme con una pata de cabra. Después uno de ellos se abalanzó sobre mí y disparé. Nunca quise matarlo, solo asustarle y que se fuera”. El acusado insistió en que el otro asalto en su casa le ocasionó un enorme daño. “Me habían amenazado con matarme y que harían daño a mis nietos. Tenía mucho miedo. Nunca tuve intención de disparar, pero me obligaron a hacerlo”.
El acusado, con muchas dificultades, recordó que la reacción del ladrón que no resultó herido fue abalanzarse sobre él. “Me quitó el arma y empezó a golpearme hasta que me dejó inconsciente. Quiero que todo el mundo sepa que hice lo que tenía que hacer, porque no encontré otra salida. Quería proteger a mi mujer y temía que podían matarnos porque eran muy violentos y se pusieron como locos. Querían más dinero, pero yo no tenía más”, insistió el anciano.
El acusado desmintió que hubiera intentado rearmar la escopeta para volver a disparar. “Mi escopeta tiene dos cargadores”, detalló. “Yo disparé sin las gafas y no supe si había alcanzado a alguien. Después supe que uno de los asaltantes había resultado muerto”, concluyó. Durante el juicio también se juzga a tres acusados por entrar a robar en la finca propiedad del octogenario.
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