Las claves del caso Janet Jumillas, la mujer desaparecida y asesinada en Barcelona
El juicio comienza el 9 de diciembre y la Fiscalía pide 19 años de prisión para el único detenido por el asesinato de Janet Jumillas.
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Janet Jumillas tenía 39 años cuando desapareció. Vivía junto a su madre y sus dos hijos en Viladecans y tenía graves problemas económicos. No tenía trabajo pero lo buscaba y cuidaba a sus hijos con mucha responsabilidad. Este fue, de hecho, el motivo por el que se empezó a sospechar que a Janet le había pasado algo.
El 13 marzo de 2019 la madre de los pequeños los dejó en el colegio a las 9:00, como cada mañana. Tenía que recogerlos a las 13:00, pero no apareció ni avisó a nadie de que no llegaría a tiempo. Después del colegio Janet se dirigió con su Renault Megane blanco a una sede de Hacienda en Cornellá para realizar unas gestiones que luego se comprobó que se habían ejecutado.
Después le mandó un mensaje a su sobrino de 17 años, con el que desayunaba a menudo, para verlo en media hora. Este mensaje fue enviado a las 11:08 de esa misma mañana. Cinco horas más tarde, un laxo de tiempo demasiado amplio, el sobrino se desespera y comienza a enviarle mensajes de forma compulsiva al ver que Janet no contesta. Los mensajes de parte de los familiares de Janet llegan al móvil de la mujer hasta las 16:34 del día siguiente, que se apaga (o alguien apaga) su teléfono.
La investigación
Los familiares de la víctima denunciaron su desaparición al día siguiente, cuando su móvil dejó de recibir mensajes, y desde el primer momento se descartó que su huida hubiera sido voluntaria.
Los Mossos pusieron la vida de Janet patas arriba, comprobaron que su cuenta corriente estaba casi vacía y que tenía había tenido dos parejas, una con la que había tenido a sus dos hijos y otra a la que había conocido después. Sin embargo, ninguno de ellos tenían denuncias por malos tratos y ninguna de las separaciones fueron de riesgo. La familia de Janet nunca dudó de ellos. Los Mossos también comprobaron que alguien, un hombre, le debía 50 euros. Lo supieron gracias a la declaración de unos testigos y de él mismo.
El detenido
El hombre era Aitor G., un chico de 33 años (ahora tiene 36) original de El Prat de Llobregat que se había mudado hacía poco a Cornellá para vivir con su novia. Tiene antecedentes penales por tráfico y tenencia de drogas, pero nunca por delitos de sangre o por malos tratos. Había tenido varios oficios, el último de ellos en una nave como operario de Amazon, pero lo habían despedido por ausentarse durante varios días sin justificación.
El día en que Janet desapareció llamó a Aitor hasta cuatro veces desde las 08:39. La última llamada, a las 10:22, duró 54 segundos. Entre el sitio en el que estaba aparcado el coche de Janet, la delegación de Hacienda y el piso de Aitor no había un perímetro de más de 700 metros. Antes de esas llamadas se habían producido hasta 66 más más entre enero y marzo del mismo año, pero desde el 13 de marzo Aitor no llamó a Janet nunca más. Los Mossos concluyeron que era porque sabía que estaba muerta.
Por eso, todas las sospechas se pusieron sobre Aitor G., que fue inmediatamente detenido como posible autor de la desaparición de Janet. Durante su declaración éste argumentó que Janet era amiga suya y que no sabía nada de ella, aunque en realidad nunca se llegó a conocer la relación que existía entre ambos. También dijo que el día de la desaparición estaba trabajando, pero los agentes comprobaron que esto no era verdad porque lo habían despedido unas semanas antes.
Lo dejaron en libertad, pero lo observaron de cerca para ver qué hacía y gracias a eso pudieron obtener pruebas fehacientes de que le había hecho algo a Janet. Unos días después de salir de comisaría, Aitor salió con varias bolsas blancas de su casa que tiró a un contenedor de basura. Cuando los Mossos registraron el contenido de las bolsas encontraron el cristal de las gafas de Janet y varios mochos de fregona con restos de sangre de la víctima.
Esto permitió una orden de registro al domicilio de Aitor en el que encontraron más sangre y una pared que había sido lavada conscientemente con lejía. Volvieron a detener a Aitor y junto a él también detuvieron a un amigo, Cristian K., de 23 años, como posible cómplice, ya que en las grabaciones en las que aparecía Aitor tirando las bolsas de basura también estaba Cristian. Pero este último fue puesto en libertad tras declarar.
El hallazgo del cadáver
Tres meses tuvieron que pasar hasta que unos trabajadores que estaban desbrozando una finca en El Prat de Llobregat entontraran el cuerpo sin vida de Janet Jumillas envuelto en una manta, casi en la superficie del terreno. Los vecinos se extrañaron mucho porque la zona está frecuentada por perros y es raro que ninguno hubiera olido el cadáver. A la mujer se le realizó la autopsia y en ella se determinó que alguien la había atacado por la espalda, asestándole varios cortes mortales con armas de diferente tipo.
El juicio
Hoy, 9 de diciembre, se celebra el juicio por el que se acusa a Aitor del asesinato con alevosía a Janet Jumillas. La Fiscalía pide para el detenido 19 años de prisión.
Según el fiscal, el acusado concertó un encuentro con la víctima para verse en su domicilio, en Cornellà de Llobregat (Baix Llobregat), y, una vez allí, valiéndose de una o varias armas blancas, “le atacó causándole distintas heridas, que provocaron su muerte”. El posible móvil fueron los 50 euros que el acusado le debía a la víctima.
El juicio, en el que habrá jurado popular, se celebrará durante los próximos días en la Audiencia de Barcelona.
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