Avanza la investigación por el intento de asesinato de una madre a sus hijos en Barakaldo

El 1 de enero, en torno a las 10 de la mañana, la expareja de Ana, de 39 años, recibía una llamada de alerta de su exmujer en la que le decía que había envenenado a los hijos que tenían en común y que se había autolesionado tras lo ocurrido.

La llamada se produjo antes de que la agresora perdiera el conocimiento. Cuando los agentes entraron en la vivienda se la encontraron en estado de semi inconsciencia, con la ropa manchada de sangre y con varios cortes a la altura del cuello. El hijo y la hija, mellizos y de 9 años, también se habían desmayado.

Los tres fueron trasladados de forma urgente al Hospital de Cruces, en el municipio vizcaíno de Barakaldo y en el que la mujer residía, donde lograron estabilizarlos y salvar sus vidas.

Los hechos

Horas antes de que se diera el intento de asesinato, Ana y su expareja habían protagonizado una fuerte pelea en la calle en la que algunos vecinos escucharon cómo hablaban de la custodia de los mellizos.

Según las personas que convivían en el mismo bloque que la agresora, ésta hablaba muy mal a los pequeños, con tonos de voz muy elevados y comentarios muy desagradables. Tras la pelea que esa mañana tuvo con su excompañero, trató de matar a los niños y suicidarse, pero no lo consiguió.

Según el comunicado que los investigadores han hecho, la mujer sedó a los pequeños, en primer lugar, y luego los envenenó con una sustancia tóxica cuyo nombre no ha trascendido. Los sanitarios lograron revertir sus efectos con medicación utilizada en casos de envenenamiento grave.

Los niños continúan ingresados pero están fuera de peligro. Ella fue inmediatamente detenida y hasta hace poco ha permanecido ingresada y custodiada por la Policía. Finalmente ha recibido el alta en la mañana del 2 de diciembre y ya está en dependencias policiales.

El contenido de la llamada

Algo que intriga a los investigadores es el motivo de la llamada a su expareja. Pudo haber llamado a Emergencias antes de perder el conocimiento, sin embargo decidió llamarlo a él. Los expertos se centran en averiguar cuál fue el contenido de la llamada y si lo que pretendía era captar la atención y provocar dolor en él o el motivo de su llamada vino desde el miedo y el arrepentimiento por lo que había hecho.

Ahora los menores continúan recuperándose en el hospital mientras se les sigue haciendo análisis para conocer con exactitud qué les suministró su madre y en qué cantidades. La agresora se encuentra en dependencias policiales donde tendrá que explicar lo ocurrido y donde pasará a disposición judicial.