Así seguirá ahora la investigación del crimen de Tailandia

La Policía de Tailandia pide que se juzgue a Daniel Sancho por asesinato premeditado dada la multitud de indicios que así lo demostrarían y que podrían suponerle la pena de muerte. Estos indicios van desde las compras de bolsas, productos de limpieza y un cuchillo hasta el alquiler de una canoa por el que pagó 1000 euros, que fue con la que luego transportaría el cuerpo de la víctima.

No obstante los agentes siguen trabajando en la búsqueda de más prueba y centran ahora la investigación en dar con los restos que faltan de Edwin Arrieta y con su teléfono móvil.

Mientras tanto, Daniel Sancho continúa en prisión, donde ha pasado su tercera noche encerrado tras los muros de la cárcel de Koh Samiu. Según fuentes cercanas se habría cortado el pelo y pasa sus ratos libres leyendo y haciendo actividad física como yoga ya que continúa aislado por el protocolo anti covid. También toma algunas vitaminas y algo de medicación que lo ayuda a estar más tranquilo. En una semana podrá empezar a recibir visitas de su familia.

“Se le ve muy normal, se le ve bastante bien aquí. Está intentando aprender”, es lo que ha dicho el director de la cárcel en la que se encuentra. Además ha asegurado que mentalmente no se encuentra mal, que está comiendo y durmiendo con normalidad. En Tailandia la condena por este tipo de delitos puede llegar a ser la pena de muerte pero esto parece poco probable por ser un preso extranjero. De esta forma la condena podría quedarse en 50 años de privación de libertad o incluso menos.

Otras hipótesis que se barajan

Existen dos hipótesis que cobran más peso respecto al motivo del crimen: el móvil sexual y el móvil económico. Se ha podido corroborar que en el interior de la habitación que ambos compartieron en un hotel y que fue el escenario del asesinato, Edwin había guardado 80.000 euros en la caja fuerte.

En teoría ese dinero iría destinado a la compra de máquinas médicas pero se sospecha que no fuera así. Por otro lado parece ser que ambos sí tendrían una relación sentimental y que de hecho la víctima habría amenazado de muerte a Daniel si lo dejaba.

Sin embargo, la familia del agresor está tratando de averiguar en este momento si Daniel Sancho actuó de forma consciente y sufrió algún tipo de brote o trastorno mental. No se explican la aparente calma del chico ni que fuera capaz de hacer lo que ha hecho.

Las dos familias se unen

Tanto la familia de Daniel Sancho como la de Edwin Arrieta se han mostrado comprensivas con los familiares de la otra parte. De esta manera la familia de la víctima ha asegurado que quieren que se haga justicia y que cumpla el mayor número de años posibles en una cárcel de Tailandia pero aseguran que no desean que se le imponga la pena de muerte a Daniel. En este sentido afirman que no quieren provocar a la familia de éste el mismo dolor que ellos están sufriendo con la pérdida de Edwin.

La familia de Sancho, por su parte, ha reiterado su voluntad de no prestar más declaraciones y piden disculpas de manera oficial, a la familia del cirujano colombiano por lo sucedido.