Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
A apenas unos días de que se cumplan dos años de la desaparición de Esther López, de 35 años, en la localidad vallisoletana de Traspinedo, la jueza que lleva su caso ha decidido prorrogar la investigación seis meses más.
Esta semana los dos peritos contratados por el único sospechoso de su muerte, Óscar S. llevaran a cabo un estudio del coche del investigado así como de los informes forenses que se le realizaron a la víctima. Lo que Óscar pretende demostrar con esto es, por un lado, que su coche pudo haber sido manipulado por la Guardia Civil durante la inspección y, por otro, que el alcohol que esa noche ingirió Esther pudo ser determinante para su muerte.
Según Óscar, él la dejó en la carretera porque ella se lo pidió y ahora trata de demostrar que su muerte pudo producirse por el alcohol que ella había ingerido esa noche. El abogado de la familia de Esther López, Guillermo Ruiz Blay, considera que lo que éste está haciendo es tratar de alegar que si ella no hubiera bebido, estaría viva.
El vehículo que la noche de los hechos él estaba conduciendo, un Volkswagen T-Roc, se encuentra desde ese momento en dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil. Todos los golpes que se encontraron en este vehículo coincidían con las lesiones que se hallaron en el cuerpo de Esther, sin embargo él sigue negando que tuviera algo que ver tanto con su desaparición como con su muerte. “Yo no tengo nada que ver y lo voy a demostrar”, llegó a decirle a la jueza.
Además del intento de Óscar por demostrar que él no tuvo nada que ver con la desaparición y muerte de Esther, la Fiscalía ha pedido un informe de imputabilidad, lo que se traduce en que un médico forense determine cuánto alcohol y drogas ingirieron tanto Óscar como Esther esa noche y cómo eso pudo afectarles.
En relación a esto Ruiz Blay ha atestiguado que él fue quien ocultó el cadáver y quien, además, habló con la Guardia Civil para advertirle que Esther ya había desaparecido otras veces y que podían suspender la búsqueda.
“En todas esas fechas nunca se hizo un test de sangre y nunca se hizo un test de alcohol y drogas”, ha advertido el abogado. Por eso considera inexplicable que un año después se obligue a unos forenses a determinar qué habían ingerido únicamente porque así lo solicita el sospechoso con sus manifestaciones. Por este motivo la familia de la víctima va a recurrir esta decisión y quedará a la espera de que la jueza ponga fecha al juicio.
Mientras tanto Óscar continúa en libertad con medidas cautelares después de que el 15 de diciembre volviera a testificar en relación a los hechos, ya que el informe elaborado por la Benemérita en el que han trabajo a lo largo de varios meses lo señala directamente a él como único responsable de la muerte de la joven.
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