¿Quién es la escritora Sara García y por qué desapareció?

La escritora Sara García-Perate Eyzaguirre, de 52 años, ha sido localizada en buen estado tras haber estado 57 días desaparecida, según han informado fuentes de la Policía Nacional.

García Perate desapareció el pasado 17 de abril después de decirle a su hijo que se iba a marchar unos días a Madrid (residía en Marbella) a hacer algo relacionado con unos asuntos personales. Se lo comunicó a éste a través de un mensaje de Whastapp.

La escritora se fue con su coche y en aparente calma pero pasada una semana su hijo no sabía nada de ella por lo que decidió denunciar su desaparición en la comisaría de la Policía Nacional de Marbella el día 24 de abril. Unos días después de desaparecer y en vista de que no se sabía nada de ella fue la propia Policía la que comenzó a solicitar la colaboración ciudadana.

Casi dos meses después y tras haber averiguado cuál es su paradero los agentes han considerado que se trataba de una desaparición voluntaria, aunque no ha trascendido cuál ha sido la verdadera causa de su marcha.

Por este motivo la plataforma SOS Desaparecidos, que había compartido el cartel de búsqueda de la escritora, ha desactivado hoy mismo, día 13 de junio, la alerta para dar con el paradero de Sara García Perate, según ha publicado la propia asociación en redes sociales.

Sobre ella

Sara García nació en Madrid en el año 1970. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Luis Vives CEU. En 2011, su libro 'Empezó en Portobello Road' ganó el Premio Novela Breve Oscar Wilde, y su última obra, 'El viaje a la tierra santa de Buda', fue finalista en el III Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica.

La autora también es colaboradora habitual del programa de radio 'La vida es bella', donde presenta la sección 'Misterios sin Resolver' (El Lado Oscuro de la Luna).

La escritora ha contado con su propio espacio de radio (El lado oscuro de la Luna) en el que hablaba de misterios no resueltos y también ha sido coautora de otros títulos como “Mujeres en la historia” o “Democracias intervenidas por títeres sin cabeza”.