La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Erik Ventura Pacheco, conocido como Perú, tiene 37 años y es el representante de la banda criminal Cásper, llamada así por el alias de su jefe, cuyo nombre real es Ángel Suárez Flores, líder de una de las organizaciones más peligrosas en España en las últimas décadas.
En el año 2014 la Audiencia Nacional emitió una reclamación judicial en la que se pedía para Ventura Pachecho una condena de 965 años de prisión por su implicación en, al menos, 36 delitos, entre los que había torturas, secuestro, amenazas y tenencia ilícita de armas.
Fue entonces incluido en la lista Europe’s Most Wanted Fugitives de la Europol y en la red ENFAST, que en el pasado año 2022 iba enfocada a la localización de miembros de organizaciones criminales huidos.
Tras años intentando averiguar su paradero, el Grupo de Fugitivos de la Policía Nacional ha conseguido arrestarlo en la provincia de Toledo gracias a una operación que ha durado varios días. Se trata de uno de los fugitivos más buscados no solo en España o Europa sino a nivel internacional.
Desde que la Audiencia Nacional emitió la orden contra Perú se han estado realizando importantes investigaciones para conocer su paradero, pero estaba resultando imposible averiguarlo debido a su habilidad para no dejar rastro de su ubicación.
Por este motivo la Policía decidió pedir la colaboración ciudadana e incluir la imagen del fugitivo en numerosas campañas por si alguien podía aportar alguna información al respecto.
Gracias a esto se empezaron a recibir numerosos mensajes y pistas anónimas que fueron comprobadas e iban siendo descartadas por los investigadores hasta que, a finales de año, alguien aportó un nuevo dato que apuntaba a que el fugitivo podría encontrarse residiendo en una localidad de la provincia de Toledo.
Tras comprobar que esta última pista podía ser cierta, la Policía localizó un domicilio en el que Perú podía estar residiendo junto a otros varones. Instalaron un operativo cerca de la vivienda que no se movió de la zona durante varios días y allí comprobaron que el fugitivo rara vez salía al exterior.
No fue hasta el pasado día 9 de enero cuando se observó cómo dejaba la vivienda ocultando su rostro con gorro y gafas negras.
Los agentes lo siguieron durante un tiempo hasta que en una zona alejada entró en una tienda de comestibles. Allí los policías lograron verle la cara y confirmar que se trataba de él por un hoyuelo en el orificio derecho de la nariz, por lo que procedieron a su detención sin que éste opusiera resistencia.
Su jefe fue condenado en 2016 por el Tribunal Supremo a 89 años de cárcel por delitos de torturas, amenazas, lesiones, tráfico de drogas, detención ilegal y tenencia ilícita de armas.
Entre otros hechos, se le consideró culpable de apoderarse de cargamentos de droga de otros narcotraficantes mediante métodos violentos y, en ocasiones, haciéndose pasar por agentes de la Guardia Civil. La sentencia condenó a otras 15 personas a penas de entre 1 y 43 años de prisión entre las que se encontraba Erik Ventura.
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