Desapariciones misteriosas en España: el caso de la niña Sara Morales

La joven desapareció un domingo por la tarde cuando había quedado con un amigo en un centro comercial de Las Palmas de Gran Canaria al que nunca llegó.

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Cartel de la desaparecida
Cartel de la desaparecida / Sos Desaparecidos
Carmen P. Acal

08 de julio 2023 - 15:20

Sara Morales, de 14 años y original de Las Palmas de Gran Canaria, desapareció el 30 de julio de 2006 (domingo) cuando se dirigía a un centro comercial. Se había citado allí, a las 17:00 horas, con un amigo pero nunca llegó a su destino. Es su amigo quien, media hora más tarde, alerta a sus padres de que la chica no aparece.

El miércoles de esa misma semana la noticia salta a las portadas de los medios de comunicación tras la solicitud de colaboración ciudadana por parte de la familia. Por aquel entonces la Policía, que había abierto una investigación para esclarecer lo sucedido, no quiso descartar ninguna hipótesis. Mientras tanto la isla se va llenando de carteles con el rostro de la joven.

Casi un mes más tarde se produce la primera movilización de apoyo para dar con la menor y el 7 de septiembre, una cadena de televisión nacional anuncia la aparición de Sara en Algeciras. La noticia era finalmente falsa pero generó gran expectación. A pesar de esto los rastreos para dar con la niña no cesan.

Tras cumplirse un año desde su desaparición la familia y amigos convocó una marcha que reunió a más de 2000 personas en la capital grancanaria. La madre de la desaparecida pedía que regresara y que si alguien la estaba reteniendo la dejara en libertad.

Dos meses más tarde, Narciso Ortega, entonces jefe superior de la Policía Nacional en Canarias, anuncia que su equipo de especialistas empezaría la investigación desde cero para tratar de ajustar mejor la búsqueda de Sara Morales.

El intento de rapto de una menor en La Garita activó de nuevo las alertas y obligó a los agentes policiales a buscar, sin éxito, una posible relación con el caso de Sara Morales. Dos días más tarde detuvieron a un hombre por su posible relación con los hechos pero finalmente lo exculparon.

Las diversas pesquisas que se fueron realizando conforme avanzó la investigación llevaron a los agentes a detener a Miguel Ángel M. R., de 47 años, por una supuesta violación, lo que sitúa en el ojo del huracán a este hombre. Hasta una veintena de mujeres lo reconocen, presuntamente, como el hombre que las violó, y la investigación concluye que se trata del violador de la furgoneta blanca. El 22 de enero de 2009 se quita la vida en prisión.

A mediados de mes se vuelven a rastrear solares próximos a La Ballena, en lugar en el que desapareció Sara Morales y el Ejército participa en otro operativo de búsqueda en lugares colindantes. Ésa es una de las 70 líneas distintas de investigación abiertas por los agentes policiales en los casi tres años que el caso llevaba abierto.

Nieves Hernández, madre de la niña, implora a la policía que busque a su hija «muerta» y pide que se excave un solar donde una vidente dice que se encuentra la menor sepultada. Tras dos días de rastreo, tampoco hay suerte.

Los agentes inspeccionan, con la ayuda de cámaras, un pozo de Jinámar, ubicado una finca donde hallan huesos humanos a 30 metros de profundidad. Ése es precisamente uno de los lugares a donde trasladaba a sus víctimas el conocido como violador de la furgoneta blanca. El rastreo, que tampoco da los frutos esperados, dura varios días. Durante el primer trimestre de ese año se llevan a cabo varias búsquedas infructuosas.

A dos meses de cumplirse el quinto aniversario de la desaparición de la joven su madre reclama más medios para buscarla y cuatro meses antes de que se cumplieran seis años de la desaparición de la joven, el barrio de Guanarteme en Las Palmas de Gran Canaria celebra una manifestación en memoria de todos los desaparecidos de la isla coincidiendo con el Día de las Personas desaparecidas sin causa aparente. El rostro de Sara Morales y de Yéremi Vargas encabezan la manifestación.

Las pesquisas policiales siguen su curso y revisan y analizan cada pista o indicio que reciben sobre la desaparición de Sara Morales. En marzo de 2013 realizan varias comprobaciones, entre ellas una en un pozo en el barranco de Guiniguada. En esta ocasión tampoco encuentran nada.

Lejos del foco mediático de los primeros años, las pesquisas policiales sobre la desaparición de la joven siguen abiertas. Cada nueva pista o indicio que llega es comprobado minuciosamente por la Policía Nacional. Sin embargo el caso se mantiene en una especie de letargo mientras la familia de la joven sigue esperando saber qué pasó aquella tarde de domingo del 30 de julio de 2006 y por qué Sara nunca apareció.

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