Desapariciones misteriosas en España: el caso de la adolescente Cristina Bergua

Cristina tenía 16 años cuando salió de su casa en Cornellá de Llobregat (Barcelona) un 9 de marzo de 1997. Esa sería la última vez que sus padres la vieron.

Era domingo y la chica le contó a sus padres que tenía intención de dar un paseo. Lo que en realidad iba a hacer era citarse con su entonces pareja para acabar la relación, pero esto solo lo sabían sus amigas. Por eso esa noche, cuando los padres regresaron a casa, en torno a las 22:00 horas, y no vieron a Cristina, se extrañaron.

No pasó ni una hora hasta que sus padres denunciaron ante la comisaría la desaparición de su hija. No tenían nada. Ni mensajes de la joven, ni testigos, ni forma de saber dónde se había metido, pero sí tenían fotos suyas con las que acompañaron los carteles de ayuda que repartieron por todo el barrio. Al día siguiente el nombre de Cristina Bergua ya estaba en manos de la prensa.

En el momento en el que se abrió la investigación por su desaparición todas las sospechas comenzaron a señalar hacia una única persona: su pareja, Javi.

Javi era un chico mayor que ella (10 años más) que vivía a tan solo 500 metros de su casa. Las amigas de Cristina aseguraron a los agentes que esa tarde se había citado con él para acabar la relación y a sus padres les había asegurado que no se veía junto a él en un futuro.

Ante estas premisas los agentes no tardaron en interrogar al novio y, según su versión, ambos salieron de la casa de él a las 21:00 horas. Entonces, Javi acompañó a Cristina hasta un cruce de esa misma calle y regresó a su casa.

A pesar de que inspeccionaron la zona y buscaron pruebas contra él, no consiguieron obtener nada. De hecho, el sospechoso llegó a acusar al padre de Cristina de que pegaba a su hija en un plató de televisión con el objetivo, creen los investigadores, de desviar la atención. Algo que siempre llamó la atención de todos es que el chico nunca colaboró en la búsqueda de la adolescente.

De forma paralela a la investigación otras chicas que habían tenido una relación con el sospechoso aseguraron que era una persona posesiva y controladora. Aunque todas las miradas estaban puestas sobre él y se barajaba la idea de que se hubiera tratado de un crimen machista, nunca pudieron incriminarlo.

A día de hoy, 26 años después, el caso de Cristina Bergua sigue sin estar resuelto y del paradero de la joven o de lo que le pasó no hay pista alguna.