Crímenes sin resolver en España: el asesinato de la joven Sheila Barrero

Retrato de Sheila Barrero
Carmen P. Acal

29 de abril 2023 - 12:04

Era 25 de enero de 2004. Sheila tenía 22 años y residía en Gijón. Se había diplomado en Turismo y trabajaba en una agencia de viajes. Sin embargo, los fines de semana los pasaba con su familia en la localidad asturiana de Degaña.

Allí aprovechaba para trabajar como camarera en un pub de Villablino, un municipio situado a solo 23 kilómetros que ya pertenecía a León. Aquella noche Sheila salía de trabajar del pub en torno a las 08:00 horas. Había quedado para ir a dormir a casa de su hermano y comer al día siguiente, todos juntos, en casa de sus padres.

Fue su hermano quien la encontraría, unas horas más tardes, dentro de su vehículo y entre ambas localidades, a la altura del área recreativa del Alto de la Collada. Alguien había matado a la joven de un disparo en la cabeza.

Lo que los investigadores sostuvieron es que el coche de Sheila, un Peugeot 206, se cruzó con otro por la carretera y que una persona entró en él y le disparó desde el asiento trasero, a la altura de la nuca.

El asesino desplazó el cuerpo de Sheila al asiento del copiloto, se situó en el lugar del conductor y trasladó el vehículo hacia un lugar menos visible, unos 50 metros dentro del área de servicio. Una vez allí, colocó de nuevo el cadáver de Sheila en el lugar del conductor, con sumo cuidado. Los pies estaban perfectamente puestos junto a los pedales del vehículo, las manos sobre su regazo y la cabeza sobre el volante.

El caso fue dirigido por varios jueces que declararon el secreto de sumario y aunque existió un sospechoso principal (el exnovio de Sheila) nunca se llegó a saber quién había matado a la joven. Su nombre es Borja V.

Los investigadores encontraron restos de pólvora en la mano del chico y, también, en su chaqueta, pero él lo justificó con su afición a la caza.

Además tenía coartada para el día y hora en que tuvieron lugar los hechos. Aseguró que se encontraba en su casa en ese momento y ningún testigo pudo verlo fuera de ella. El tribunal consideró que la pólvora en sus manos pudo deberse a una mera transferencia.

El primer sobreseimiento del caso fue dictado por el juzgado de Cangas del Narcea, en octubre de 2007, por falta de pruebas. Un año después, en 2008, la Audiencia Provincial de Asturias confirmó el archivo del caso, lo que propició una recogida de firmas para su reapertura. En 2015, el caso fue reabierto para la práctica de nuevas diligencias con tecnología avanzada.

De ellas resultó un informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), que la propia delegada del Gobierno en aquel entonces, Delia Losa, calificó como “muy concluyente”.

Sin embargo, la Fiscalía consideró que los resultados de ese informe científico de la UCO no eran suficientes para acusar formalmente al exnovio de la joven y la jueza que en ese momento instruía la causa consideró que lo que tenían eran simples sospechas hacia el chico, insuficientes para poderlo condenar. Por este motivo se volvió a cerrar.

El pasado 25 de enero el pueblo de Degaña, junto a familiares y amigos de la víctima y 19 años después de su asesinato, se concentró y guardó 5 minutos de silencio para pedir justicia por ella y para que se siguiera investigando qué le pasó a Sheila Barrero aquel 25 de enero de 2004.

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