Crimenes de Andalucía: tercera parte del caso Wanninkhof y su relación con el asesinato de Sonia Carabantes
El crimen de Sonia Carabantes se caracterizó porque hubo multitud de fallos que, de no haberse cometido, habrían impedido el trágico final de la joven.
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Esta historia que no debería haber ocurrido fue, sin embargo, la que hizo posible que se cerrara el caso de Rocío Wanninkhof, desaparecida y encontrada muerta en 1999, y se dejara de inculpar a una mujer inocente: Dolores Vázquez. Ella había vivido con Rocío cinco años antes del suceso porque era la pareja sentimental de su madre, Claudia.
A Dolores la condenaron a 15 años de cárcel pero esta condena quedó anulada por el Tribunal Superior de Andalucía, que pidió que se celebrara un nuevo juicio, que iba a tener lugar en octubre de 2003.
Sin embargo, unas semanas antes se pidió el aplazamiento de la vista porque en otro crimen a una joven en la Costa del Sol ha aparecido un ADN coincidente con el que se encontró en la escena del crimen de Rocío Wanninkhof.
El crimen
Era jueves, 14 de agosto de 2003. Los hechos tuvieron lugar en Coín, un pueblo cerca de la costa en Málaga, ubicado junto a Marbella y Fuengirola en torno a las 5 de la madrugada.
Era el último día de feria en el pueblo por lo que Encarnación se acercó a la habitación de su hija Sonia para comprobar si había llegado, pero no estaba allí. Sonia tenía 17 años y hacía dos que vivía en el pueblo de sus padres. Tanto sus hermanos como ella habían nacido en Suiza porque sus padres habían emigrado allí para poder trabajar.
Al no saber dónde estaba su hija, Encarnación llamó a Cristina, una de las amigas de Sonia. Lo que ésta le dijo es que ella y otro chico acompañaron a su hija prácticamente hasta su casa, donde se despidieron a apenas 200 metros de su puerta.
Encarnación, que la buscó por toda la casa, salió desesperada al patio, por si la veía ahí. Tres casas más abajo encontró las sandalias que Sonia había llevado la noche anterior. Se acercó a ellas y entonces vio el bolso de su hija y su móvil, roto, en el suelo, junto a una mancha de sangre de grandes dimensiones.
Tanto ella como Cristina, que había ido corriendo a la casa ante la preocupación de Encarnación, llamaron a la Policía Local y esta, a su vez, avisó a la Guardia Civil.
Tras una primera inspección al lugar los agentes ya pudieron comprobar que había signos evidentes de haber existido un forcejeo por los restos de sangre en el suelo y por cómo encontraron las pertenencias de la joven.
Se inspeccionaron pozos, barrancos y arroyos. Se organizaron batidas con más de 700 voluntarios divididos en 10 equipos. En la búsqueda participó un helicóptero y un equipo de espeolología pero no fue hasta el tercer día cuando encuentran un pantalón que podría pertenecer a la joven y que tiene manchas de sangre.
El 19 de agosto, martes, uno de los equipos de búsqueda encontró el cuerpo de una mujer cerca de un arroyo, desnudo y tapado con piedras, a menos de 3 km de donde encontraron los pantalones. La autopsia que se le realizó más tarde determinó que el cuerpo encontrado era el de Sonia Carabantes, a la que habían matado asfixiándola con su propia camiseta.
La joven también recibió numerosos golpes en la cara y la cabeza así como mordiscos en la zona de los pechos. La chica fue agredida sexualmente sin penetración y en las uñas de la chica pudieron encontrarse restos de ADN pertenecientes a un hombre.
Éstos fueron introducidos en la base de datos de la Policía y el 2 de septiembre se confirmó que los restos coincidían con los encontrados en una colilla que había en el lugar en el que desapareció Rocío.
El asesino
Tony King, el agresor de Sonia Carabantes llegó a su casa a las 08:30 horas lleno de sangre y con varios arañazos en la cara. Se duchó y lavó la ropa. A su nueva pareja le contó que había tenido un grave accidente de tráfico. Unos años antes, cuando desapareció Rocío, éste hizo algo parecido. Llegó a casa lleno de sangre y ocupó el baño para quitarse cualquier resto de sangre. Cuando salió del aseo a su entonces mujer le pareció muy raro que lo dejara más limpio que cuando entró.
Llevaba meses viéndolo hacer cosas raras y dándose cuenta de que le mentía por lo que decidió separarse de él ese mismo año. No sin antes contarle a algunos amigos, entre ellos uno policía, las sospechas que tiene de él.
Fue entonces cuando ella misma descubrió que, en realidad, su exmarido se llamaba Tony Bromwich y que, con solo 20 años, ya había sido condenado a 10 años de prisión por 5 agresiones sexuales en las que empleaba una gran violencia, siendo aun menor de edad.
Esta información fue puesta en conocimiento de la Policía, que no dudó en extraer una prenda de ropa interior del individuo para cotejar si el ADN encontrado en la escena del crimen coincidía con el suyo. Y efectivamente se trataba de la misma persona. El 18 de septiembre la policía detuvo a Toni Alexander King, que no tardó en confesar los dos crímenes y que hizo que la investigación del caso de Rocío diera un giro absoluto.
Los juicios
El juicio por el asesinato de Sonia Carabantes se celebró el 16 de octubre de 2005 y en él consideraron culpable a Toni King, condenándolo a 36 años de cárcel por asesinato, detención ilegal y agresión sexual. Además lo condenaron a indemnizar 150.000 euros a los padres de la víctima.
El juicio por la muerte de Rocío Wanninhof se celebró en noviembre de 2006 y durante la vista se puso en duda que en este caso hubiera actuado solo. A pesar de que hubía varios indicios de esto, nunca se encontraron pruebas para incriminar a otra persona.
Sin embargo durante el juicio el acusado inculpó a Dolores Vázquez, indicando que ella pagó para que ejecutaran a la joven. No obstante, en diciembre, Toni King es condenado por la muerte de Rocío. No lo condenan por agresión sexual porque no pudo probarse debido al estado en que se encontró el cadáver. Lo condenan a 19 años de cárcel y una indemnización de más de 290.000 euros para la familia de la víctima.
Tras los dos juicios Dolores Vázquez quedó totalmente exculpada, aunque muchas personas, entre ellos la madre de Rocío, seguirían considerando que tuvo algo que ver en la muerte de su hija ya que creen que King recibió ayuda de algún tipo. Sobre todo, para trasladar el cadáver de la chica.
En junio de 2021, la plataforma Netflix estrenó el documental El caso Wanninkhof-Carabantes y en octubre de ese mismo año, HBO Max hacía lo propio con la serie documental de seis episodios Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkhof, emitida posteriormente en la televisión convencional a través del canal español Telecinco.
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