Novedades del caso Castro Urdiales: "El cráneo mostraba signos de haber sido cocinado"
Las pruebas forenses realizadas a la cabeza hallada por el crimen de Castro Urdiales muestra que tuvo que someterse a calor después de la muerte.
Una cabeza en el interior de una caja y una sospecha: comienza el juicio del caso De Castro Urdiales
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Carmen María, principal sospechosa y acusada del asesinato de su pareja, Jesús Mari, ha declarado durante dos días ante el juez para esclarecer lo sucedido desde que éste desapareció hasta que se halló su cabeza dentro de una caja. Ella sigue defendiendo su inocencia.
Uno de los principales giros en la resolución del caso se ha producido cuando la Guardia Civil ha confirmado que Carmen María no dio conocimiento de la ausencia de su pareja en marzo de 2019, como había sostenido ella hasta el momento. Así, la primera denuncia que consta en registro sobre la desaparición de Jesús Mari la interpuso un primo de él en abril de ese mismo año, tras intentar contactar con la víctima, en vano. Con esto, la acusación particular y la Fiscalía, que piden para la acusada 25 años de cárcel, pretenden demostrar que ella no manifestó especial interés cuando su pareja, supuestamente, no daba señales de vida. Además, otros dos agentes han precisado durante el juicio que no percibieron preocupación de la presunta asesina cuando otras personas accedían a la vivienda sin el consentimiento de ésta. Esto contradice lo que la detenida argumentaba durante la primera sesión del juicio, en la que trató de desviar la atención hacia los familiares de su pareja que, como decía, disponían de llaves del domicilio.
La vecina de Carmen María, que fue quien en septiembre llamó a la Guardia Civil tras el hallazgo del cráneo, declaró que la acusada se personó en su casa antes de que llegaran los cuerpos de seguridad y que le dijo: “tendrías que haber hablado conmigo antes de llamar a la Guardia Civil”.
Nuevos datos sobre el caso
En la sesión del juicio que ha tenido lugar el 11 de noviembre, en la que se han citado a los peritos que analizaron el estado de la cabeza que la vecina de Carmen María encontró, se ha detallado que tras la realización de la autopsia al cráneo, éste mostraba signos de haber sido sometido a calor, cocinado o introducido dentro de una olla y puesto al fuego, han dicho literalmente los forenses durante su declaración.
Este hecho pudo producirse, posiblemente, post mortem para evitar que desprendiera olor por su descomposición. No han podido determinar los forenses, con solo el cráneo como prueba, si el corte de la cabeza se produjo después de morir o fue la causa de la muerte. Sin embargo, se ha vislumbrado que el cráneo presentaba traumas que debieron producirse con un objeto punzante. En el análisis de las huellas dactilares que se encontraron en las bolsas que envolvían al cráneo, (un total de 7), los peritos han esclarecido que todas eran pertenecientes a la acusada. También se ha conocido que la Guardia Civil halló un cerco en el suelo del balcón del domicilio de Carmen María y Jesús Mari que se corresponde con el tamaño de la caja que luego le entregó a su vecina para que la guardara. Los supuestos objetos sexuales que dicha caja contenía y que la acusada le pidió que escondiera “por vergüenza”, fueron encontrados en el registro al domicilio de la presunta responsable del asesinato. Este hecho desmontaría la versión de ésta sobre la famosa caja.
El abogado de Carmen María ha defendido la inocencia de ésta argumentando que iba a ser imposible demostrar tres cosas esenciales: “ni cuándo murió Jesús Baranda, ni dónde murió Jesús Baranda, ni cómo murió Jesús Baranda”. Además ha sostenido que “disparar a un cadáver no es un asesinato, será otra cosa, pero no es un asesinato”.
El juicio por la muerte de Jesús Mari Baranda se extenderá durante la semana próxima a espera de que declaren más personas cercanas a la pareja y al caso.
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