“Lo puse en bolsas negras sin mirar lo que metía en cada una”, la primera confesión de Daniel Sancho
El joven volvió a la habitación donde había descuartizado a Edwin junto a los policías para explicar cómo habíann sucedido los hechos.
Daniel Sancho pide ducharse en el mismo sitio en el que desmembró el cuerpo de Edwin Arrieta
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El caso de Daniel Sancho por el conocido crimen de Tailandia sigue su curso judicial. De esta manera las partes estaban a la espera de recibir el informe definitivo de la Policía que contiene, entre otras cosas, la confesión del chef español. Algo que pasó la semana pasada tal y como indicó el abogado de la familia, que explicó que una vez que llegaran a España lo traducirían para empezar a preparar la estrategia de defensa.
A Daniel lo detuvieron cuando él mismo entró en comisaría para denunciar la supuesta desaparición de su compañero, Edwin Arrieta. En ese momento los agentes ya lo habían identificado en relación a la muerte y descuartizamiento del colombiano pero les faltaba dar con él. No hizo falta dedicar mucho tiempo a ello porque fue el propio Sancho quien se dirigió hacia dependencias policiales, haciendo como si no tuviera nada que ver con lo que le había sucedido a Arrieta.
Una serie de errores cometidos cuando trató de deshacerse del cadáver, como dejar el ticket de compra del supermercado, hicieron posible conocer su nombre.
Cuando Daniel Sancho fue arrestado y acabó confesando el crimen, tanto él como los agentes volvieron al sitio donde habían ocurrido los hechos para ordenar qué había pasado. No se trataba de la reconstrucción pero sí de una primera visita a la habitación del hotel para que los agentes pudieran conocer lo sucedido. A estas imágenes han tenido acceso desde el programa Vamos a Ver, de Telecinco.
“Quiero cooperar con vosotros. Quiero seguir comportándome”, les dijo el joven español a los policías. Estos le habían pedido que buscara la camiseta con la que había ido al supermercado a comprar bolsas de basura negras, dos cuchillos y productos de limpieza. Desde el comienzo esta ha sido la prueba en la que los investigadores se han apoyado para defender que la muerte de Edwin Arrieta estaba planeada. “Y fue allí, y empecé a meterlo en bolsas, pero bolsas negras”, indicó el joven.
“Lo puse en bolsas negras sin mirar lo que metía en cada una”, les explicó la continuación a los policías, refiriéndose al momento en el que ya habría desmembrado a su compañero y pretendía deshacerse de sus restos.
Los agentes también le preguntaron por el dinero que había en la caja fuerte de la habitación (9.000 dólares). “Ese es mi dinero”, aseguró Daniel, “No sé cuánto es pero creo que es todo porque teníamos que mantener el dormitorio. El dinero de Edwin estaba en su mochila”. Esto sería lo que posteriormente permitiría descartar el móvil económico del crimen.
En las imágenes aportadas por Telecinco se ve a un Daniel Sancho aparentemente tranquilo y colaborativo que incluso llega a pedirle a los agentes que le permitan darse una ducha en el mismo lugar en el que descuartizó a Arrieta, algo a lo que los agentes acceden, quitándole las esposas. También solicita que le dejen lavarse los dientes. “Es un minuto”, asegura. No es extraño que en situaciones así los policías también se muestren amables con los detenidos para que éstos se relajen y colaboren.
Daniel Sancho continúa en la cárcel de Koh Samui, más de un mes después de cometer el crimen. La persona que lo sigue visitando a diario es su madre, Silvia Bronchalo, mientras que su padre, el actor Rodolfo Sancho, ha vuelto ya a España para comenzar a preparar la defensa de cara al juicio de su hijo.
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