La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Las familias de los menores desaparecidos en Carabanchel y cuyos cuerpos fueron hallados en el vertedero de Toledo pidieron, cuando encontraron al menor de los primos, que se agilizaran los procesos para poderle dar sepultura y que se siguiera investigando sobre las causas de sus muertes.
Estaban convencidos de que no habían sido accidentales y consideraban inverosímil que los dos primos se hubieran resguardado en un contenedor para pasar la noche.
Tal y como informó Antonio Martín, fundador de la Plataforma Nacional por los Derechos Gitanos, consideró que el juez que instruía el caso estaba cerca de levantar el secreto de sumario sobre las investigaciones policiales y judiciales sobre la muerte de los menores. La esperanza de los padres, con esta noticia, residía en conocer qué le pasó a Ángel y Fernando tras desaparecer en Carabanchel.
Sin embargo, este miércoles, 22 de febrero, se ha conocido que la Policía ha dado por concluida la investigación sobre el casi de los dos menores y ha detallado que ambos tuvieron un accidente.
Ha prevalecido, de esta manera, la idea de que los primos se resguardaron en un contenedor y que debieron perder el conocimiento y asfixiarse como consecuencia de la inhalación de los gases tóxicos que desprenden los residuos orgánicos.
Tal y como expresaba Antonio Martín en un vídeo antes de conocerse la conclusión de la Policía, "parece muy extraño que por una desaparición un juez decrete secreto de sumario de tal duración como esta". Martín aseguraba que, en caso de que no se mantenga este secreto de sumario, "nos vamos a llevar sorpresas al conocer las acciones policiales y judiciales que se han hecho por el momento".
Pero lo que se ha conocido ha sido lo contrario a lo que esperaba escuchar la familia de los chicos, que estaban seguros de que en sus muertes habían participado terceras personas.
El pasado lunes, 20 de enero, Sociedad Gitana Española daba a conocer en una rueda de prensa el descontento de la comunidad con “el inicio de la actuación e investigación policial por parte de la Policía Nacional de Toledo”, que calificaron de “auténtica chapuza y un despropósito” que causó un “daño y perjuicio irreparable a la familia y a la investigación”.
Frente a la teoría del accidente insitieron desde el colectivo que era una hipótesis que “nadie se la puede creer, de ninguna manera, y además no se ha presentado a la familia ningún tipo de prueba que pueda corroborarla o sostenerla”, aseguraban.
Una de las hipótesis que más fuerza cobró durante la investigación estaba relacionada con la presunta implicación de la expareja de Fernando, que ya había rehecho su vida en Toledo.
Sin embargo, a pesar de que los interrogaron y la Policía Científica accedió a su domicilio para extraer pruebas de su interior, no se encontraron indicios que la relacionaran a ella o a alguien de su entorno con la desaparición y muerte de los menores.
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