La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche también amenazada por el confort
Tenía 48 años y era natural de Ferrol. Estaba destinado en la comisaría de Lonzas, en A Coruña, pero llevaba alrededor de un año de baja psicológica. Como consecuencia de esta baja y por protocolo, le habían retirado la placa y su arma reglamentaria a esperas de que se volviera a reincorporar. Sin embargo, también estaba siendo investigado por Asuntos Internos de la Policía por un tema relacionado con el narcotráfico.
Fruto de esa investigación pudieron comprobar que el agente estaba vinculado al mundo del narcotráfico y que, además, tenía una grave adicción a las drogas. Por este motivo hace un mes fue detenido y tras ello pasó a disposición judicial, pero no decretaron su internamiento.
El martes, 18 de abril, por la mañana, fue citado en la comisaría de Policía para transmitirle que finalmente pasaría a segundas actividades debido a una pérdida de aptitudes psicofísicas.
El policía, que no encajó bien la noticia, se dirigió a la zona de las taquillas y tras forzarla le robó el arma a uno de sus compañeros, veterano de 56 años. Después abandonó las instalaciones y emprendió una huida dándole esquinazo a los agentes que, al detectar que faltaba una pistola y revisar las cámaras de seguridad, salieron en su búsqueda.
Siguiendo las cámaras de tráfico los efectivos habían acudido hasta la gasolinera del municipio burgalés después de que el Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil de Burgos fuera alertada por la Policía de que este hombre armado se dirigía a Burgos por la carretera A-231.
Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional intentaron interceptarlo antes de su llegada a la ciudad burgalesa pero el policía huido hizo caso omiso y disparó contra ellos.
Tras casi 20 horas de persecución, en torno a las 03:45 horas éste comenzó a verse acorralado, por lo que decidió parar en una gasolinera de la ciudad. Allí, sin apenas mediar palabra abrió de nuevo fuego contra sus compañeros, vaciando por completo el cargador del arma que portaba.
A pesar de que varios coches de la Policía y la Guardia Civil recibieron el impacto de las balas, éstas no tocaron a ninguno de los agentes que habían participado en la persecución y que intentaban detenerlo. Al repeler el ataque alcanzaron con sus disparos al agente que se había parapetado detrás del vehículo que conducía, acabando con su vida.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios