Las claves de la agresión sexual grupal a un menor con asperger en Barcelona

Sergi tenía 13 años cuando tuvieron lugar los hechos. Era 2018 y el chico cursaba 1º de la ESO en un instituto de Vallirana, en Barcelona, en el que todos conocían que tenía diagnosticado síndrome de Asperger, un trastorno que forma parte de los Trastornos del Espectro Autista (TEA).

Fue en ese centro en el que sus compañeros comenzaron a hacerle bullying, insultándolo con apodos como ‘Frankenstein’, ‘pelo fregona’, ‘retrasado’o ‘autista’.

Los hechos más graves, que fueron los que motivaron la denuncia, se dieron el 5 y 6 de noviembre de 2018. Según relató la familia en base a lo que el menor les había contado, Sergi fue arrinconado en el patio del instituto por hasta 11 adolescentes del centro antes de ser víctima de una agresión sexual grupal, según afirmó la acusación durante el juicio, celebrado en 2022.

El juicio

En la vista, celebrada a puerta cerrada, se sentaron en el banquillo de los acusados cuatro de esos jóvenes, que en el momento de los hechos eran menores (aunque de mayor edad que Sergi) y que a día de hoy ya son mayores de edad.

Durante todo el proceso los cuatro negaron los hechos y defendieron su inocencia. Todos ellos insistieron en que no cometieron lo que se les imputaba y que ni siquiera tenían relación entre ellos ni frecuentaban la zona del instituto donde ocurrió la agresión.

La Fiscalía pidió para los cuatro acusados tres años de internamiento en un centro de menores por los delitos de agresión sexual y contra la integridad moral.

A pesar de que en el momento de la vista éstos ya eran mayores de edad, cuando se dieron los hechos no habían alcanzado los 18 años, por eso la condena no contemplaba el internamiento en una prisión de adultos.

A la petición de la Fiscalía, la acusación particular añadió el delito de violación, reclamando cuatro años de internamiento en régimen cerrado así como la indemnización, por parte del centro, de 85.000 euros como responsable civil, al entender que no aplicaron los protocolos contra el acoso escolar cuando debían hacerlo.

La condena

Finalmente, el Juzgado de menores ha condenado a los cuatro acusados a tres años de internamiento en régimen cerrado, es decir, en un centro de menores con medidas judiciales, y a otros cuatro años de libertad vigilada.

Por su parte el centro educativo en el que tuvo lugar la agresión ha confirmado que responderá como responsable civil subsidiaria.

Las secuelas para la víctima

Según la Confederación de Autismo de España, la personas que tienen síndrome de Asperger tienen “dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento”.

Sin embargo se pueden comunicar de manera fluida “y su capacidad intelectual es media e incluso superior a la media de la población”. Por eso Sergi era consciente de todo cuanto pasaba a su alrededor.

Tal y como recogía eldiario.es, durante los casi cinco años que han transcurrido entre la presunta agresión y la condena, Sergi ha pasado por un auténtico calvario, como relataba su madre al medio: “este verano pasó por una depresión muy fuerte, no se levantaba de la cama… Y ahora sufre mutismo".

"Tiene miedo a hablar porque tiene miedo a que le vuelva a ocurrir algo parecido”, explicaba Pilar, que añadió que lo único que esperaba Sergi era que lo creyeran. “Lo importante es que luchemos hasta el final”, reivindicó su madre el día que tuvo lugar la vista.