¿Por qué se cierra el caso de Déborah Fernández sin culpables?
La chica desapareció hace 21 años y después de más de dos décadas de búsqueda por parte de la familia se ha solicitado el sobreseimiento del caso.
Las incógnitas de la muerte de Déborah Fernández
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Tras 21 años desde que desapareció la joven Déborah Fernández, de 22 años, en Vigo, y después de que su cuerpo apareciera a 40 km de la ciudad con claros indicios de que alguien lo había depositado allí, la familia de la víctima ha pedido el sobreseimiento de la causa.
Según ha comunicado la familia ante los medios de comunicación, durante todos estos años han estado pidiendo que se realizaran pruebas en torno al caso, así como exámenes masivos de ADN, pero sus peticiones siempre han sido denegadas bajo la premisa de que la chica murió de manera natural tras salir a correr a la playa de Samil.
Para los padres de Déborah han existido numerosas negligencias en la investigación de la muerte de su hija y creen, con firmeza, que fue su entonces pareja la que debería haber recibido un trato diferente ante la justicia, ya que únicamente ha estado relacionado con el caso en calidad de investigado.
Por estos motivos el abogado de la familia ha transmitido que se oponen a la prórroga en la investigación y que solicitan, así, el sobreseimiento del caso "ante la inacción de la justicia". Esto supone que el caso, que se reabrió en 2019, quedaría cerrado temporalmente y solo se volvería a abrir si aparecen nuevas pruebas.
Las palabras de su madre
Rosa Neira, la madre de la chica, que ha querido intervenir en la declaración ante los medios para dar las gracias a los periodistas por "haber sido su única compañía" en estos más de 20 años de investigaciones. Ha declarado que "en más de dos décadas nunca hemos sentido protección de la justicia.
No nos sentimos amparados ni cuando nuestra hija desapareció ni cuando el cadáver apareció en una puesta en escena macabra". Ha criticado, con dureza, "la vergüenza de la muerte súbita en la que convenientemente coinciden el fiscal y la defensa".
Habla del "sinsentido de exigir responsabilidades a Déborah por morir, por ser asesinada de una manera tan poco elocuente", ha continuado. En este sentido ha querido señalar, sin dar el nombre, al único investigado por la muerte de la joven que "lleva más de dos décadas molesto" y ha concluido asegurando que vivirán "ahogados en la indefensión".
¿Qué le pasó a Déborah?
Déborah Fernández desapareció el 30 de abril de 2002 en Vigo. Tenía 22 años y era estudiante de Diseño Gráfico. Ese día había salido a correr por la playa de Samil, ubicada en la propia ciudad y nunca más volvió. Su cuerpo fue hallado 10 días después a 40 kilómetros de la ciudad en lo que alguien había simulado como el escenario de un crimen. Inmediatamente se supo que el cadáver de la joven estaba rodeado de pistas falsas y que alguien lo había depositado allí y previamente lo había lavado cuidadosamente.
A pesar de que había muchos indicios de que alguien había tenido que ver en la muerte de Déborah la investigación estuvo cargada de negligencias y su muerte llegó a ser tratada como un accidente natural.
Fue la insistencia de la familia porque se siguiera estudiando qué le había pasado a la chica lo que hizo que el caso se reabriera en el año 2019. La única persona imputada por su muerte fue su expareja, Pablo, que ahora tiene más de 50 años, y contra el que no se consideró que no había suficientes pruebas para incriminarlo.
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