Un charco de sangre y lonas: nuevas pistas sobre la desaparición de los jornaleros de Jaén
La colaboración ciudadana está ayudando a resolver qué pasó con uno de los jornaleros desaparecidos en el año 2021 después de discutir con su jefe.
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Ibrahima Diouf desapareció el 5 de enero de 2021, el mismo día de la cabalgata de los Reyes Magos, en la localidad jienense de Villacarrillo.
El joven, de 32 años y origen senegalés, trabajaba como jornalero en la finca del empresario Ginés Vicente, un hombre que había sido investigado por la desaparición de otro jornalero en el año 2013.
El 5 de enero llovía a mares en Villacarrillo e Ibrahima había tenido una fuerte discusión con el terrateniente porque éste les había obligado a trabajar con unas condiciones climatológicas muy adversas. Tras el careo Ibrahima Diouf decidió dejar su puesto de trabajo y trasladarse a otra localidad de Huelva donde un conocido lo estaba esperando para trabajar en otras tierras.
Compró su billete y lo organizó todo para salir ese mismo día en autobús. Sin embargo, antes de eso el jornalero se citó de nuevo con Ginés para que le diera el dinero que le debía, y que se correspondía con unos 1000 euros de la mensualidad. En ese momento al chico se le pierde la pista y no se le vuelve a ver nunca más. No subió al autobús y nunca llegó a Huelva.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Comandancia de Jaén investigan la desaparición del temporero como un crimen y tienen en el punto de mira al empresario, Ginés Vicente, de 53 años.
Como ya se hizo cuando desapareció el otro jornalero, Tidiany Coulibaly, los agentes han estado registrando desde 2021 la casa del dueño de las tierras, su garaje y otras propiedades y terrrenos en busca de alguna pista o incluso del propio cadáver del joven Senegalés.
Después de no obtener nada significativo, el pasado mayo la Guardia Civil solicitó la colaboración ciudadana para que pudieran arrojar algo de luz a la investigación. Los agentes pidieron a los vecinos de la localidad que compartieran las fotos y vídeos que hicieron durante la cabalgata por si en ellas pudieran encontrar algo así como que dieran cualquier información que les pudiera resultar significativa.
En este sentido y según ha compartido Caso Abierto, los investigadores han obtenido dos posibles pruebas: había una mancha de sangre en el suelo y el empresario compró ese día unas lonas.
La Guardia Civil cuenta con testimonios que apuntan a que el día que desapareció el jornalero los vecinos vieron "un charco de sangre" en la calle, muy cerca de donde vive el empresario. Esos testigos describieron la escena con detalle y señalaron a los agentes el lugar exacto.
Su declaración llevó, hace unos meses, al Equipo de Inspecciones Oculares (ECIO) de la Benemérita a desplazarse allí, tomaron muestras e incluso se llevaron varias baldosas para analizarlas en el laboratorio, explica a este medio un vecino que fue testigo de esa diligencia.
Por otro lado, la colaboración ciudadana también ha servido a la Guardia Civil para conocer que Ginés, jefe de Ibrahima, compró, en un taller de suministros agrícolas, unas lonas que sirven para recoger las aceitunas cuando caen del olivo (ellos las llaman mantillas).
El empresario es el principal sospechoso para los investigadores, en él se han centrado todas las diligencias de búsqueda estos meses. Sobre todo después de sus antecentes por la desaparición del otro trabajador en unas circunstancias similares.
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