El paso por la cárcel de Joaquín Ferrándiz y su puesta en libertad tras 25 años

Joaquín Ferrándiz durante el juicio en la Audiencia Provincial de Castellón, en 1999
Joaquín Ferrándiz durante el juicio en la Audiencia Provincial de Castellón, en 1999 / EFE
Carmen P. Acal

22 de julio 2023 - 17:36

Hoy, 22 de julio, ha abandonado la cárcel de Herrera de la Mancha Joaquín Ferrándiz, quien fue condenado a prisión por haber acabado con la vida de cinco mujeres en los años 90. Su modus operandi era similar: acechaba a sus víctimas en zonas de ocio y luego simulaba un accidente de tráfico para violarlas y matarlas. También lo hizo con tres trabajadoras sexuales.

La Policía no relacionó los crímenes entre sí hasta unos años después y tras tenderle una trampa lograron detenerlo y condenarlo. Ahora, 25 años después de ingresar en prisión, abandona el penal con la promesa de no volver a delinquir y pasar desapercibido lejos de las familias de las víctimas.

Esta mañana, en torno a las 09:00 horas, el que fue un asesino en serie ha salido de la cárcel cubierto con mascarilla, gorra y gafas de sol para tratar de ocultar al máximo su apariencia actual, de la que no se sabía nada hasta hace unos días.

A preguntas de los medios de comunicación, que aguardaban a las puertas, JVF, que es como se le conoce, ha manifestado su intención de marcharse al extranjero “para rehacer mi vida” y ha dicho estar “arrepentido”, según ha añadido, como ya había sostenido anteriormente.

“A Castellón no volveré nunca por respeto a las víctimas”, ha sostenido. La condena tampoco le permite regresar hasta el 2028 a las localidades de la provincia donde se cometieron los crímenes.

A su salida del centro, JFV se ha montado en un taxi que ha salido en dirección a Manzanares. Portaba una mochila con sus enseres personales, incluyendo aquellos que le fueron requisados en su día y que se le han devuelto. Ante lo mediático del caso varios agentes de la Guardia Civiñ han tenod que custodiar las puertas de la cárcel.

Su paso por la cárcel

El primer penal que pisó Ferrándiz fue el de Alcalá Meco, en Madrid. Allí lo ubicaron en el módulo de protegidos, ya que al haber cometido delitos de especial gravedad su vida podía correr peligro.

Allí compartió celda con Arlindo Luis Carvalho, más conocido como el violador de Pirámides, condenado como autor de 33 agresiones sexuales. Este, en 2017 salió en libertad y pidió perdón a sus víctimas, algo JFV todavía no ha hecho.

Durante los primeros años de condena quiso estar activo desde un punto de vista intelectual. Accedió a un curso de psicología y pidió un ordenador portátil para continuar escribiendo un libro que empezó a redactar cuando estuvo encarcelado en Castellón.

Todos los domingos recibía la visita de su madre, Asunción Ventura, que incluso buscó una vivienda en la capital de España para estar más cerca de él.

El día de Año Nuevo del 2005 lo trasladaron hasta la cárcel de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, donde ha permanecido hasta ahora. En estas instalaciones pudo conocer al asesino de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, el británico Tony King, y a Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, con quien, según el testimonio de otro recluso, tuvo buena relación.

Hasta el día de su puesta en libertad ha sido un preso que no ha dado ningún problema, por lo que se ganó el puesto de ordenanza, una labor que se reserva para los internos de confianza. Entre otras funciones, desempeñaba labores en la cocina, repartía el correo o limpiaba las instalaciones. Ha llegado incluso a vigilar y acompañar a otros reclusos.

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