Así actúa Igor el Ruso para acabar con la vida de los funcionarios de prisiones

Igor el Ruso, cuyo nombre real es Norbert Feher (de origen serbio), está considerado uno de los criminales más peligrosos de España por matar a un agricultor y dos guardias civiles en Teruel y haber intentado acabar con la vida de los funcionarios de prisiones de las cárceles por las que ha pasado.

Antes de ser juzgado por los tres asesinatos ya se sentó en el banquillo por haber intentado matar a otras dos personas. También ha pasado por la cárcel en Italia, desde donde vino en bicicleta.

Igor llegó a emplear un total de 23 identidades diferentes a lo largo de ocho países. En el año 2021, durante la celebración del juicio, éste tuvo que declarar desde el interior de una jaula de cristal blindada a petición de la Audiencia Provincial de Teruel por una cuestión de seguridad.

Actualmente está cumpliendo la pena máxima, la prisión permanente revisable desde 2017, en la cárcel de Huelva, su centro de destino. Sin embargo esta no ha sido la única cárcel en la que ha estado dentro de España.

En tan solo seis años ha tenido que ser trasladado hasta a seis cárceles diferentes por su comportamiento con los funcionarios de dichos centros. De esta manera ha estado en las prisiones de A Lama (Pontevedra); Dueñas (Palencia); Zuera (Zaragoza); Valdemoro (Madrid); Estremera (Madrid) y La Ribera (Huelva). Es en esta última donde se encuentra cumpliendo condena.

Cómo actúa Igor el Ruso

Su modus operandi se basa en esperar en su celda a que entren sus víctimas para atacarlos. Con el objetivo de que a él no puedan hacerle nada se forra el cuerpo con papel de periódico y entonces aprovecha para atacar.

En uno de los centros usó un hacha fabricada con azulejos para herir a cinco funcionarios y en otro, también con azulejos, se fabricó unos puñales con calcetines en la empuñadura. Hizo lo mismo con un hueso de pollo extraído de una de las comidas. En esta ocasión hirió a ocho funcionarios.

Este tipo de utensilios que los reos crean a partir elementos que usan en el día a día y que emplean para agredir a los trabajadores son conocidos como armas de oportunidad.

En algunas ocasiones este reo ha llegado a decir: “Mataros me sale gratis” o “he venido a impartir justicia y vosotros vais a pagar por ello. Al que entre en mi celda, lo mato”.

Joaquín Leyva, funcionario de prisiones entrevistado por el programa Código 10, de Cuatro, ha explicado que hay que diferenciar dos momentos en los que se actúa con este tipo de criminales. Uno de ellos están pautados y la intervención se realiza con unos trajes que protegen a estos trabajadores de posibles agresiones.

El otro se da cuando se tiene que llevar a cabo una intervención de urgencia, por ejemplo si se observa que el reo está aulesionándose. En ese momento a veces el interno se revuelve y agrede al funcionario. En ninguno de los casos se llevan armas, ya que como explica el funcionario, “sería totalmente contraproducente llevar armas en prisión”.

Por este motivo desde instituciones penitenciarias solicitan mayor protección para poder actuar con los reos que son más peligrosos, como es el caso de Igor el Ruso en el centro penitenciario onubense de La Rivera.