El asesino machista de Sagunt utilizó a su hija como cebo para matar a su madre

La Policía Nacional continúa investigando el crimen machista que tuvo lugar el pasado miércoles, 29 de noviembre, en Sagunt (Valencia), donde una mujer de 34 años fue asesinada a manos de su expareja, de 39.

Durante los hechos la hija de ambos, de 13 años, se precipitó por la ventana y ahora los agentes tratan de averiguar si se tiró, si fue un accidente o si el agresor la empujó. Sin embargo lo que sí se ha podido conocer hasta ahora, según ha informado Caso Abierto, el hombre, Abdellah K., habría utilizado a la pequeña como cebo para conseguir que su exmujer, Fátima, acudiera a su casa en su ayuda y así quedarse a solas con ella para acabar con su vida sin testigos.

Según se desprende de las manifestaciones de una amiga de Fátima y de las investigaciones que está realizando el grupo de Homicidios de la Policía Nacional.

Así, según ha podido saber Levante-EMV, el agresor habría logrado entrar el miércoles en el domicilio engañando a su hija de 13 años, la única que estaba en casa en ese momento, ya que su madre estaba trabajando, como cada día, y su hermana menor, de 4 años, en la escuela infantil. Eran poco más de las cuatro de la tarde.

Fue entonces cuando la niña llamó a su madre por teléfono muy asustada porque su padre había entrado en el piso y la estaba amenazando fuera de sí, según contó a dicho medio una amiga de la familia.

La mujer pidió permiso y salió precipitadamente de su trabajo. Se subió a su coche y recorrió a toda velocidad el trayecto hasta su domicilio. Al ver que su hija ya no le cogía el teléfono, temiendo que su exmarido y padre de la menor le hubiera hecho algo, llamó a la trabajadora social del Ayuntamiento de Sagunt que llevaba su caso para pedir ayuda.

Este individuo ya había sido condenado por una agresión machista a Fátima en 2016, momento en que la mujer se separó de su maltratador y decidió denunciarlo. Desde entonces no había parado de amenazarla, especialmente desde que ella le pidió que se divorciaran.

La llamada a la trabajadora social

Al parecer, esa llamada que la víctima realizó a la trabajadora social se cortó bruscamente cuando Fátima accedió a la vivienda, lo que hizo que la profesional llamara directamente a la Policía Nacional para informar de la situación. Fue ella misma quien se presentó en la comisaría, más tarde, para explicar lo que acababa de pasar cuando conoció el trágico desenlace de los hechos.

Según la investigación, Fátima llegó a entrar en su vivienda cuando Abdellah estaba dentro. Él aprovechó en ese momento para matarla y huyó del domiclio saliendo por la puerta principal, que dejó cerrada tras de sí.

Para entonces, la niña, que se había encerrado en un cuarto, (no se sabe si antes de la llegada de su madre o al ver cómo su padre acababa con ella) se acabó precipitando del segundo piso, presumiblemente para pedir ayuda, pero no se ha podido confirmar este extremo.

La vecina del piso de la planta primera desde el que se accede al patio de luces escuchó el sonido de la caída y, al ver a la pequeña tendida en el suelo, llamó al 112, lo que puso en marcha la operación de auxilio a la menor.

Investigan la caída

Un equipo sanitario del SAMU estabilizó sus constantes vitales y la evacuó al Hospital de Sagunt, aunque inmediatamente después fue trasladada a un hospital en València dada la gravedad de las lesiones. Según la consellera de Igualdad, Susana Camarero, la niña "está en coma y luchando por su vida" en el centro hospitalario. Aunque se informó que evolucionaba favorablemente ahora se ha confirmado que su pronóstico es reservado pero que está muy grave.

Las lesiones que la pequeña tiene alrededor de su cuerpo, sobre todo en la cabeza, las costillas y la cadera, son compatibles con la caída pero no se descarta que su padre la agrediera previamente.

El grupo de Homicidios está a la espera del informe médico y de tomarle declaración al asesino confeso para determinar si realmente la niña se cayó sola cuando trataba de huir de la casa por la ventana o si antes de eso fue golpeada o empujada.

Abdellah K. fue detenido poco antes de las cinco de la tarde del miércoles, después de presentarse en la comisaría de la Policía Nacional, con las manos y la ropa aún ensangrentadas, para entregarse y confesar que acababa de matar a su mujer en el domicilio de ella.