Asesinato de Helena Jubany: ¿a quién pertenece el ADN no identificado?

El juez ordena que se vuelvan a analizar las muestras de ADN y se comparen conjuntamente con los perfiles de los sospechosos del asesinato de la joven.

Crímenes sin resolver en España: el asesinato de la joven bibliotecaria Helena Jubany

Hallan vivo a un joven que desapareció hace 8 años cuando paseaba a sus perros

Imagen de Helena Jubany
Carmen P. Acal

05 de julio 2023 - 12:55

El juez Juan Diaz Villar, que es quien lleva el caso de la investigación por la muerte de la joven Helena Jubany, ha aceptado la petición de su familia de seguir analizando las muestras de ADN que se extrajeron del cuerpo de Jubany y de su jersey.

El asesinato de la chica

Helena Jubany fue asesinada el 2 de diciembre de 2001 después de que alguien la arrojara desde la parte superior de un bloque de pisos en el que vivía una amiga suya: Montserrat Careta.

Aunque en un principio se consideró que la chica, que entonces tenía 27 años y era bibliotecaria, se hubiera suicidado, luego se observó que su cuerpo tenía signos de violencia. Le habían quemado algunas partes con cerillas y le habían dado tranquilizantes.

Unas semanas antes de este trágico suceso Jubany estuvo recibiendo notas anónimas en su piso con algunos obsequios que eran de su agrado, como una botella de horchata, pero que estaban envenenados con más tranquilizantes.

Como resultado de la investigación salieron varios nombres que podían estar implicados en el asesinato: Montserrat Careta (entró en prisión y allí se suicidó), Santi Laigleisa (era la pareja de Montserrat y continúa siendo el principal sospechoso) y Xavier Jiménez (fue el autor de los anónimos que recibió la víctima). También salió un cuarto nombre, el de Ana Echaguibel, como presunta autora de los anónimos pero se la exculpó posteriormente.

Cierre y reapertura del caso

Tras varios años de investigación y después de que el crimen de Helena Jubany prescribiera a finales de 2021, el juez ordenó su reapertura el pasado febrero después de una petición de la familia de la víctima para que revisaran de nuevo los restos de ADN con los que se cuentan.

Estos fueron extraídos de las uñas de Jubany y de un jersey marrón que habría llevado la víctima. Los padres de la bibliotecaria instaban a que se volvieran a estudiar con la tecnología actual, mucho más precisa que la que se utilizó cuando se cometió el asesinato.

Con este nuevo análisis se pretendía conocer, principalmente, si dichos restos coincidían con los perfiles genéticos de alguno de los dos sospechosos que quedan: Jiménez y Laiglesia. Los resultados fueron negativos en ambos casos. El ADN hallado pertenecería, en principio, a una tercera persona que no se tenía identificada.

Nuevo estudio de ADN

Ahora la familia ha solicitado que se haga otra prueba más y que, en este caso, haya una comparación conjunta de la muestra de ADN con los perfiles genéticos de Jubany, de Jiménez y de Laiglesia. La que se hizo en febrero fue individualizada y se cree que el resultado podría variar con este nuevo análisis.

En declaraciones a El Periódico, del grupo Prensa Ibérica, Joan Jubany, hermano de la víctima, se ha mostrado satisfecho con la decisión del juez de persistir en las pruebas pero ha lamentado la postura de la Fiscalía en esta fase de la instrucción, ya que se ha opuesto a dicha petición.

Comparación con el ADN de las mujeres

La familia de Jubany también había solicitado que se compararan esas muestras de ADN no identificado con los perfiles genéticos de las dos mujeres que ya fueron investigadas por este crimen: Montse Careta y Ana Echaguibel. Sin embargo el juez ha rechazado esta propuesta porque en principio el ADN hallado pertenece al de un hombre. No obstante ha precisado que si se hallara ADN de una mujer se podría volver a valorar esta posibilidad.

La ropa que vestía Jubany el día de su asesinato permaneció durante dos décadas en un juzgado. Se recuperó del jersey marrón de la víctima con una muestra biológica muy deteriorada que conservaba una mezcla de ADN de dos o más personas. Una de las personas era la propia Jubany, otra era un hombre no identificado. Por eso el juez pide que se haga una nueva comparativa conjunta de esta muestra con los perfiles de Laiglesia y Jiménez.

Los indicios contra Laiglesia

El juez insiste en las pruebas de ADN porque considera que existen motivos para sospechar de la participación de Jiménez y de Laiglesia en la muerte violenta de Jubany. La familia de la fallecida y la Policía Nacional consideran a Laiglesia el principal sospechoso.

El juez cree que sobre Laiglesia pesan diversos indicios ya que, entre otras cosas, vivía de forma intermitente en el bloque desde el que se arrojó el cuerpo de Jubanyporque en él residía su pareja, Montserrat Careta.

En ese piso se encontraron cajas del medicamento Noctamid, que contiene benzodiacepinas, un psicotrópico del que se hallaron restos en el cuerpo de la víctima. En ese mismo domicilio había también cerillas como las que se localizaron en la azotea y que se habrían usado para quemar partes del cuerpo de Jubany.

Laiglesia, además, cayó en contradicciones con Careta al ser interrogados ambos por la Policía Nacional tras el crimen. También están las llamadas telefónicas que recibió Jubany desde el teléfono fijo del domicilio de Careta en los días anteriores al crimen y que también podría haber realizado el propio Laiglesia. Antes de suicidarse Montserrat dejó claro, en una nota, que era inocente pero hasta ahora no se han conseguido reunir las pruebas suficientes para dar con el culpable o los culpables del asesinato de Helena Jubany.

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