El asesinato de Godelleta: la mujer que mató a su marido para cobrar su pensión

Comienza el juicio por el asesinato a un hombre con discapacidad al que presuntamente asesinó su mujer mientras hacía creer que estaba desaparecido.

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Llegada de la acusada al Juzgado de Mislata tras el hallazgo del cadáver
Llegada de la acusada al Juzgado de Mislata tras el hallazgo del cadáver / Biel Aliño
Carmen P. Acal

12 de diciembre 2022 - 12:32

El 1 de diciembre de 2019, Isaac, de 45 años, desapareció sin dejar rastro. Había sido policía local en la localidad valenciana de Catarroja pero como consecuencia de una enfermedad degenerativa ya no ejercía. Estaba cobrando una pensión y cada día perdía más movilidad, de hecho iba en silla de ruedas. Esto fue lo que más extrañó a sus familiares, ya que era una persona bastante dependiente por lo que una marcha voluntaria era muy improbable con sus circunstancias.

Su mujer, Beatriz, de 41 años, no denunció su desaparición hasta cuatro días después, con la excusa de que su marido se había marchado de forma voluntaria porque así se lo había hecho saber por un mensaje que recibió en su móvil. El mensaje decía lo siguiente: “Lo siento mucho pero no voy a volver a casa. Cuando pase algo os avisarán de inmediato, es decisión mía y solo mía, y debéis respetar mi voluntad”. La última vez que ésta decía haberlo visto fue cuando lo llevó a un bar en el que se iba a celebrar un cumpleaños. Pero en dicho bar nunca tuvo lugar la fiesta.

Los mensajes, que salían del terminal de Isaac y que podían apuntar a una marcha voluntaria, los estaba enviando, en realidad, Beatriz, que ya había acabado con la vida de Isaac y se hacía pasar por él.

Según la investigación llevada a cabo, Beatriz suministró a Isaac una pastilla para que se durmiera, posiblemente engañándolo de alguna manera. Luego lo metió dentro del vehículo que ambos tenían y ella abrió una bombona de butano para acabar con la vida de él, pero Isaac debió revolverse de alguna manera. Por eso Beatriz terminaría estrangulándolo con el cordón de su zapato.

Todas estas suposiciones tendrán que ser juzgadas por un jurado popular durante el juicio que se celebrará entre el 12 y el 20 de diciembre para esclarecer como sucedieron los hechos. Lo que sí se pudo confirmar es que Beatriz arrojó el cadáver de su marido en una fosa que había cavado en una finca alquilada unos días antes, en la localidad de Godelleta.

Cómo hallaron el cuerpo

El 15 de junio de 2020 la agresora volvió a desplazarse a esta finca con una piscina hinchable. Lo que no sabía es que tras ella había unos agentes que vigilaban sus pasos. Éstos aguardaron toda la noche hasta que la sospechosa se marchó. Fue entonces cuando descubrieron que sobre el terreno, en la finca, había una silla de ruedas que probablemente había pertenecido a Isaac. Al excavar hallaron el cadáver de la víctima, a solo un metro del suelo y recubierto de tierra, piedras y sosa cáustica.

En ese momento, las pesquisas ya se centraban en un supuesto móvil económico. Con Isaac desaparecido, su esposa (se habían casado tres años antes) seguiría cobrando una alta pensión por la invalidez de la víctima.

El hijo fue cómplice

Beatriz fue detenida y enviada a prisión preventiva, pero ella no habría sido la única persona en participar en el crimen. Su hijo, de 17 años, habría ayudado a su madre a cavar la fosa en la que enterraron a su padre. El hijo lo hizo, según defiende él, porque Beatriz le había asegurado que esa era la voluntad de Isaac, al que ya había escuchado en ocasiones anteriores decir que querría someterse a la eutanasia. Sin embargo cuando su madre fue detenida, el hijo, que entonces ya era mayor de edad, se presentó voluntariamente en la comisaría para explicar lo sucedido. Él fue condenado a un año y medio de prisión y a otros seis meses de libertad vigilada.

Ahora es su madre, Beatriz, la que se enfrenta a un juicio en la Ciudad de la Justicia de Valencia. Está acusada de haber asesinado a su marido, valiéndose de su incapacidad para defenderse, para seguir cobrando su pensión. Se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable. El argumento con el que pretende defenderse es que ayudó a su marido a morir porque esa era su voluntad, algo que el jurado popular tendrá que decidir si es cierto o no.

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