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Crisis entre los dos clubes sevillanos

Giro en el caso de Ana Buza: una compañera llamó al 016 antes de que la joven muriera

La muerte de Ana Buza se trató como un suicidio y tras cuatro años está siendo investigada como un caso de violencia de género.

¿Qué le pasó a Ana Buza y por qué el caso de su muerte sigue sin estar resuelto?

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Giro en el caso de Ana Buza: una compañera llamó al 016 antes de que la joven muriera / Redes Sociales

Ana Buza tenía 19 años cuando perdió la vida en la autovía A-4 que pasa por la localidad sevillana de Carmona, de donde era. Eran las 3 de la madrugada y, en ese momento, la joven iba en un coche junto a su pareja. Él conducía y ella iba sentada en el asiento trasero porque un rato antes habían dejado al padre de su chico en su casa, que ocupaba el asiento del copiloto.

Lo que pasó después fue, según el informe de la Guardia Civil y el testimonio de la pareja de Ana, que la chica abrió la puerta del vehículo con éste en marcha y se lanzó. Esta versión fue modificada por el chico en varias ocasiones, pero esta fue la última que ofreció. Nadie se cuestionó nada y en apenas 36 horas el caso quedó cerrado como un suicidio.

Hasta unos días después sus padres no se empezarían a hacer preguntas sobre la veracidad de los hechos. El padre de Ana, licenciado en matemáticas, ha contado a los medios de comunicación que él, intentando encontrar una explicación a los hechos, acudía al lugar del presunto accidente para entender cómo su hija había podido saltar con la velocidad que llevaba el coche y morir en las circunstancias que la Guardia Civil sostenía.

Tras numerosos estudios y después de enterarse de que los agentes de la Benemérita no solicitaron las grabaciones de las cámaras de seguridad de la carretera, Antonio Buza inició una investigación por su cuenta y pagada de su bolsillo para comprobar si Ana se había suicidado o su pareja estaba detrás de lo que le ocurrió. Lo primero que descubrió con ello fue que dichas grabaciones ya se habían borrado y que todos los peritos e ingenieros a los que contrató coincidían en que a Ana la habían atropellado y que la versión del suicidio era inverosímil.

Además, el ordenador de la víctima tuvo un borrado de 700 archivos que están tratando de recuperarse ya que podrían demostrar que la pareja de la joven controlaba lo que hacía y la aislaba de sus amigos, tal y como sostienen su padre.

Juzgado de violencia de género

Desde entonces todos sus esfuerzos se han centrado en tratar de reabrir su caso, que se siguiera investigando y que, además, fuera tratado desde un juzgado de violencia de género. Junto a él se unieron a la lucha las asociaciones Pavanas Carmona y Justicia por Ana Buza.

Cómo él mismo ha explicado a Telecinco, cuando la pareja de Ana pasó de ser testigo a investigado y dado que entre ellos había una relación sentimental, la investigación ha de ser instruida por un juzgado de este tipo. Después de cuatro años de lucha, el pasado mes de junio se conocía la noticia de que el caso de Ana Buza iba a ser llevado por un Juzgado de Violencia contra la Mujer en Sevilla capital.

Dos importantes declaraciones

Cuando ocurrieron los hechos la psicóloga que estuvo tratando tanto a Ana como a su pareja observó en la chica que era una persona dependiente de su novio y que él ejercía control sobre ella.

Durante la declaración que hizo ante la jueza las preguntas que le hicieron fueron, según ha detallado Antonio Buza, incompletas. Mañana, día 3 de noviembre, la profesional volverá a declarar en los juzgados y ofrecerá su versión sobre el perfil psicológico y la situación de la víctima y del investigado.

Además de ella también declarará una compañera de carrera de Ana, que estudiaba Filosofía, y que es de mayor edad. Según ha explicado el padre en el programa Vamos a Ver, la mujer contactó con él hace aproxidamente un mes para decirle que quería testificar y que si no lo había hecho antes era porque no se sentía segura.

Al parecer ella también había observado que Ana se aislaba y que tenía una relación de dependencia con su chico, que además la vigilaba a través del ojo de buey del aula en la que estudiaban. Se preocupó tanto que incluso llegó a llamar al teléfono 016 contra la violencia de género para compartir su caso, pero no le dieron importancia y desistió.

La declaración de ambas podría ser ahora decisiva para que la investigación por la muerte de la joven carmonense de un giro y se empiece a tratar el caso como un posible crimen machista.

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