Tocamientos y besos sin consentimiento: la historia de acoso de un compañero a una agente local
La mujer estaba de servicio en Cangas de Onís junto a su compañero cuando éste comenzó a acosarla reiteradamente.
Se investiga si la hija de la última víctima de violencia machista se quiso suicidar o la tiraron por la ventana
Los hechos ocurrieron en Cangas de Onís (Asturias) cuando la víctima, que era interina del cuerpo, estaba de servicio junto a su compañero y éste aprovechó para tocarle el muslo, rozarse con la víctima, darle besos en la cabeza o sentarse encima de ella sin que ésta le diera permiso para ello.
Cronología de los hechos
Según el escrito del fiscal, el 29 de mayo de 2020, entre las 1.00 y las 3.00 horas, entre el cementerio y el campo de tiro de Cangas de Onís, a bordo ambos de un vehículo policial y de patrulla, el acusado, mientras conducía, le tocó el muslo izquierdo durante unos minutos, al tiempo que le contaba aventuras íntimas que había tenido con mujeres.
El hombre no quitó la mano de la pierna de su compañera hasta que esta interpuso su brazo para evitar que alcanzara la zona genital. Tras esto,el acusado aparcó en las inmediaciones del campo de tiro, ambos salieron del vehículo y, estando la mujer apoyada en el mismo, el acusado la acorraló contra él, restregándose, mientras le relataba cómo se acercaba a mujeres y lo que hacía con ellas.
Según este mismo escrito, compartido por Caso Abierto, en un turno de noche de finales de octubre de 2020, en la Jefatura de Policía, el acusado se le acercó por detrás mientras la agente usaba un ordenador, diciéndole: "Bueno, ya te dejo sola para que veas porno tranquila” y le dio dos besos en la cabeza.
En el turno de noche del 6 de noviembre de 2020, sobre las 1.30 horas, el acusado le dijo: “Pero cómo me pones, es que esas cejas, cómo me ponen”. Después, la agarró por detrás y la abrazó con fuerza, dándole un beso en la sien, y le pidió que le imprimiese un documento, respondiendo la mujer afirmativamente, intentando levantarse.
Entonces, el acusado la soltó y le dio otro beso en el mismo lugar. Posteriormente, sobre las 5.30 horas de ese mismo turno, el acusado pidió a la agente que se sentase en una silla del comedor de la Jefatura de Policía, sentándose él encima de ella, quedando cara a cara, y le dijo: “¿Qué piensas, que quiero liarme contigo? ¿Qué crees eso?”, “Pero a ver ¿cuántos años tienes? Dime ¿cuántos? ¿Te crees que me quiero liar contigo?”. La mujer negó con la cabeza y le respondió que tenía 26 años, todo ello sin que el acusado apartarse su rostro. A continuación, el hombre se levantó de sus piernas y le dijo: “Tira para casa, anda”.
Tales conductas provocaron en la agente un profundo malestar, angustia, ansiedad y trastornos en el sueño, llegando a acudir a consulta en la unidad de salud mental, donde se le diagnosticó una reacción de ansiedad. Se le prescribió la baja médica el 23 de noviembre de 20, no constando la fecha de alta. Luego puso los hechos en conocimiento del jefe de la Policía Local y posteriormente los denunció ante la Guardia Civil.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de acoso sexual y solicita que se condene al acusado a 5 meses de prisión. Asimismo, prohibición de acudir al domicilio de la víctima, su lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por la misma, así como aproximarse a ella a menos de 200 metros y comunicar con ella por cualquier medio, todo ello por el periodo de 3 años.
En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicita que el acusado indemnice a la víctima con 3.000 euros por los daños y perjuicios morales causados, más los intereses legales correspondientes.
La vista oral está señalada para este jueves, 30 de noviembre, en la sección tercera de la Audiencia Provincial.
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