La historia de Kamal, el joven al que desfiguraron el rostro con ácido sulfúrico
Los detenidos por las agresión del menor con ácido sulfúrico en 2019 se enfrentan a 75 años de prisión y se les acusa de asesinato en grado de tentativa.
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En mayo de 2019, Kamal, de 17 años de edad, salía del instituto con dirección al domicilio en el que vivía con sus padres. Residía en Caspe, una localidad zaragozana de casi 10.000 habitantes y tenía el sueño de ser Guardia Civil. Se había apuntado al gimnasio hacía poco para prepararse. Por el camino de regreso a casa, y a punto de llegar a su destino, un hombre con gorra y tapado hasta la nariz lo asaltó en una zona sin salida y le roció las extremidades, el cuello, el tórax y la cara con ácido sulfúrico. A su auxilio acudieron dos de sus hermanos que lo socorrieron como pudieron hasta que lo atendieron los servicios de emergencia. Sufrió quemaduras en el 70% de su cuerpo, el cuello se le quedó paralizado, el rostro se le desfiguró y perdió la vista de un ojo. El causante de los hechos se dio a la fuga.
Fue la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Zaragoza la que se encargó de la investigación del caso hallando, un mes más tarde, a quien había cometido el delito. Se trataba de Aitor G., un hombre de 37 años que estaba empadronado en el albergue municipal de Zaragoza y que tenía a sus espaldas 15 antecedentes policiales por malos tratos, robos con fuerza, o robos con violencia e intimidación. Estas fueron las premisas que hicieron pensar a los investigadores que el delincuente había actuado a sueldo.
Y así era. En realidad las personas que pagaron para que Aitor G. cometiera el delito tenían relación directa con el hermano de Kamal. Se trataba de su expareja, Sara G., y de su tío, Jesús G., popularmente conocido como El Recortado. Ambos actuaron por venganza después de que el hermano de Kamal, Yahya, se fuera a Alemania alarmado por las amenazas de su pareja para que no acabara con la relación que tenían. Fueron incluso al país germano a buscarlo, pero no lo encontraron y esto los movilizó para hacerle daño a la familia de Yahya, concretamente a su hermano Kamal. Contrataron a Aitor G. a cambio de una suma de dinero y de una vivienda y este perpetró los hechos siendo detenido un mes más tarde y enviado a la prisión de Zuera (Zaragoza) por posible riesgo de fuga.
Tras él, la Policía detuvo e investigó a otras cinco personas que participaron en el asalto, entre ellos Sara G. Y El Recortado. La acusación particular, formada por la familia de Kamal, pide para los delincuentes hasta 75 años de prisión. La Fiscalía, por su parte, pide 53 años de cárcel tras considerar que son autores de un delito de asesinato en grado de tentativa, de lesiones, amenazas, de pertenencia a grupo criminal y de ir en contra de la administración de justicia. Entre ellos, destaca, con mayor gravedad, la actuación de Aitor G. por ser el sicario contratado para llevar a cabo la agresión.
Es posible que las secuelas, físicas y psicológicas, que sufre Kamal desde el día del incidente sean para toda la vida. Ahora, su familia y el municipio de Caspe esperan que se haga justicia.
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