Continúa el juicio del caso Castro Urdiales: estas son las incoherencias en el testimonio de la acusada
Alguien borró los datos del ordenador y los peritos han confirmado que los móviles de la víctima no salieron del municipio
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Durante la sesión del 15 de noviembre del juicio con jurado contra Carmen María Merino de la Audiencia Provincial de Cantabria, los peritos informáticos han confirmado que la señal de los dispositivos móviles que, supuestamente, pertenecían a la víctima no salieron del municipio cántabro. Además también han asegurado que el terminal de Jesús Mari dejó de estar operativo el 12 de febrero de 2019, que es cuando se estima que desapareció. A partir de ese momento solo recibió llamadas entrantes que nunca fueron contestadas. Esto contradice la declaración de Carmen María, única sospechosa de haber matado a su pareja, ya que confirmó durante su declaración que Jesús Mari había estado con ella hasta el 21 de febrero de 2019, que se había marchado de viaje y que había cambiado de número y que, posteriormente, había vuelto a la casa de ambos en torno al 8 de marzo para volverse a marchar. Carmen María contó a los familiares de Jesús Mari que éste había tenido un problema con el móvil y les facilitó un nuevo número desde el que recibieron unos mensajes muy escuetos que los hizo extrañarse. A pesar de que los peritos informáticos no han podido determinar cuál era la ubicación exacta desde la que se mandaban dichos mensajes, como ha solicitado la defensa, sí han afirmado que ninguno de los móviles que supuestamente pertenecían a Jesús Mari salieron de la zona del casco antiguo de Castro Urdiales.
Otra de las incoherencias en la declaración de la acusada es que, según aclara la Guardia Civil, desde el móvil de ella no salió ningún mensaje hacia el dispositivo de él después del 12 de febrero de 2019. Además, otros peritos han detallado que la tarjeta SIM del teléfono de Carmen Merino se introdujo en otro terminal desde el que, en teoría, la víctima escribió a sus familiares.
Los datos del ordenador fueron borrados
A estos datos aportados por los forenses que empiezan a desmontar el testimonio de la acusada, se suman los relativos a las búsquedas halladas en el ordenador del domicilio de la pareja. Durante su declaración Carmen María quiso dirigir las acusaciones contra la familia de su pareja aludiendo a que éstos tenían llaves de la vivienda y acceso al ordenador. Por el contrario todos ellos declararon que no habían tocado el terminal. Cuando los informáticos rastrearon las últimas búsquedas que se habían hecho, se encontraron con frases relacionadas con el cobro de una pensión de una persona desaparecida o con el tiempo que tarda en descomponerse un cadáver. En todo momento la acusada se mantuvo firme al decir que ella no había realizado esas búsquedas. Sin embargo, en el domicilio había un portátil cuyo sistema operativo fue reinstalado, con la consiguiente pérdida de información en el proceso, a las 11.35 horas del 12 de abril de 2019, esto es tres días después de que se denunciara la desaparición de Jesús María por parte de sus familiares. Esta sería la última de las incongruencias contadas por la acusada, que afirmó que había denunciado la desaparición de su novio en marzo de 2019, hecho que se demostró que no era real.
El juicio por el caso Castro Urdiales continúa esta semana con la aportación de más datos que puedan arrojar luz a lo que sucedió con Jesús Mari desde el día que desapareció.
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