La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Un nuevo informe del laboratorio que lleva el caso de Esther López refuerza la teoría, de las sospechas iniciales de la Guardia Civil desde que el cuerpo de la joven fue descubierto: Esther no murió inmediatamente, ni tampoco lo hizo en la cuneta donde fue hallado su cuerpo.
Según recoge OK Diario, Esther sufrió una herida en la frente. Esa sangre no solo manchó la camiseta que vestía aquella noche, sino que también llegó a sus manos. Todo indica que la joven se tocó la herida de su frente, por lo que no murió en el momento del golpe.
De otro lado, ninguna de las muestras recogidas de la cuneta donde se encontró el cuerpo (casi una docena de colillas de cigarro, un tapacubos, un fragmento de un faro, restos vegetales, pañuelos de papel, un guante de látex o el precinto de un tapón de plástico) contenía ADN de la mujer, o de otras personas conocidas en el caso, por lo que tampoco murió en ese lugar. De modo que presumiblemente, el cuerpo fue llevado hasta ese lugar.
Lo que sí aparece en el informe son datos reveladores que indican cómo se encontraba la joven de Traspinedo, inmediatamente después de recibir el impacto que le provocó lesiones, y que más tarde la llevó hasta la muerte por falta de asistencia. También se desprende de él que había mucha más sangre de la que se conocía hasta ahora en la ropa y el cuerpo de Esther López.
Así, en una de las mangas y la zona del cuello del abrigo, en su bolso, en las bolsas de papel que la Guardia Civil le colocó en ambas manos antes de retirar su cuerpo, en su blusa y en su camiseta, los agentes habían detectado restos compatibles con ser sangre. Ahora no solo han confirmado que es así, sino que pertenecen a Esther. Asimismo, el resto del ADN hallado en la escena es desconocido, o de alguno de los convivientes de la joven, y su presencia se explica desde la transferencia inherente al contacto diario.
Se confirma que el escenario del hallazgo del cuerpo de la mujer de Traspinedo fue un montaje. Su cuerpo se depositó allí pocas horas antes de su hallazgo. Y es que tanto la disposición de los elementos como la limpieza exhaustiva de las huellas del teléfono móvil de Esther López lo delatan. No en vano, fue el bolso que llevaba uno de los objetos que más suspicacias despertó entre los investigadores, ya que también había sangre de Esther. Ahora los investigadores se preguntan si llegó hasta allí desde el propio cuerpo de la joven, o si quien manipuló su cadáver lo manchó en su traslado.
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