Esther López fue atropellada pero murió por hipotermia posteriormente

Esther López no murió en el momento de ser arrollada y permaneció en la cuneta desde el momento del atropello. Ésta son algunos de los pormenores que han trascendido del informe forense que el Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid ha puesto ya en manos de las partes, una vez levantado parcialmente el secreto de sumario sobre el caso de Esther López de la Rosa.

Las investigaciones siguen apuntando al atropello, señalan que éste no fue un accidente mortal, sino que la causa de la muerte de la joven de Traspinedo (Valladolid) podría haber sido la hipotermia sufrida en las horas posteriores al impacto.

Las investigaciones, según han informado fuentes del caso, apuntan que la víctima fue atropellada aquella noche cuando deambulaba por el sentido derecho de la carretera en dirección a la localidad -iba de espaldas a los vehículos- y que el impacto fue «a media o baja velocidad», sin que el golpe, fundamentalmente a la altura del glúteo izquierdo, tuviera fuerza suficiente para causar su fallecimiento, producido a posteriori por una posible conjunción de factores como un 'shock' hipovolémico (paro cardíaco por pérdida de sangre) e hipotermia.

Las investigaciones de la Guardia Civil aluden igualmente al hecho de que si el cuerpo de la víctima fue movido, tal circunstancia se habría producido en las horas próximas tras su atropello, por lo que habría permanecido durante 24 días en la cuneta donde fue hallada por un paseante.

No se descarta que el lugar donde se produjo el impacto fuera otro distinto del escenario donde fue hallado el cadáver con la posibilidad de que, o bien fuera llevada hasta el sitio en el que fue encontrado, o que la propia víctima la que anduviera hasta caer en el lugar.

Son algunas de las conclusiones recogidas en los más de 600 folios que este miércoles, parcialmente, a excepción de 18, han sido trasladados a las acusaciones pública y particular y las defensas de los tres investigados y que siguen sin esclarecer la autoría de la muerte de la joven, de 35 años, ocurrida en la madrugada del 13 de enero y sin que el cuerpo fuera hallado hasta pasados veinticuatro días tirado en una cuneta a medio kilómetro en la carretera de acceso al pueblo.

Además, según el examen toxicológico, su cuerpo presentaba altos índices de una ingesta previa de alcohol y cocaína, según recoge el sumario. La investigación continúa abierta y el análisis forense no es concluyente en cuanto a si el cuerpo fue movido o pudo ser la propia víctima la que siguió su camino antes de caer desplomada.