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Comienza el juicio por el asesinato machista de Gondomar: el hombre dice no recordar nada

Los hechos ocurrieron en Gondomar, en Pontevendra. Las hermanas de la víctima dicen que pudo llegar a sufrir 40 años de maltrato.

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Detalle de un coche patrulla de la Policía Nacional / R. D.
Carmen P. Acal

20 de junio 2023 - 19:53

Valentín Alonso Becerra compareció este lunes en la primera vista del juicio con jurado popular celebrado en Vigo por el asesinato de su mujer, Soledad Rey, el 2 de diciembre del 2020en la casa que ambos compartían en Gondomar.

En informaciones recogidas por La Voz de Galicia Alonso se declaró inocente apelando a su falta absoluta de memoria: «No recuerdo nada de aquel día, tampoco clavarle 21 veces un cuchillo», respondió a preguntas de la Fiscalía. Su exposición de hechos inicial, y durante el interrogatorio, evidenció las numerosas pruebas que incriminan a Alonso y la motivación para solicitar 30 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento con las circunstancias agravantes de parentesco y abuso de superioridad.

La falta de recuerdos del único acusado conlleva igualmente no poder reconocer que minutos después de cometerse el crimen, al hablar por teléfono con un taxista que iba a la casa a recoger al hijo del acusado y la víctima, le confesara la autoría del crimen y que acababa de autolesionarse en las venas para suicidarse, aunque sin éxito.

«Me pregunta si hablé con un taxista... pues no lo recuerdo, la verdad», respondió a la fiscal el procesado, que aseguró que la relación con su mujer, hasta fallecer, «no era ni buena ni mala», y que ella «siempre durmió en el sofá», tanto en la última casa en la que vivían y como en las otras dos, en Bouzas y Alcabre.

Alonso negó haber pegado nunca a su mujer, y argumentó a su favor que ella nunca presentó una denuncia contra él. También aseguró que la sangre y los cuchillos son algo que no le gustan: «Pero si en Gondomar me regalaban animales que no quería porque había que matarlos», explicó durante el juicio.

También que su salud mental es inestable desde hace muchos años: «Tengo una lavadora en la cabeza». Añadió que durante mucho tiempo lo atendieron psicólogos y psiquiatras, que se medicó, pero aquellos fármacos le dejaban peor y suspendía por decisión propia los tratamientos. La Fiscalía evidenció que los facultativos que le trataban no dejaron constancia de nada de eso en sus informes, por lo que será difícil probarlo.

Valentín Alonso negó también durante su declaración haber sometido a su mujer a malos tratos a lo largo de los 41 años de matrimonio y precisó que alguna vez la cogió de la cara, aunque «no para lastimarla», sino porque ella «no callaba». De hecho, aseguró que la relación matrimonial «no era mala», aunque había empeorado desde que la familia se había trasladado a vivir a Mañufe, en Gondomar.

En varios momentos de su declaración, Alonso Becerra mencionó que su mujer le insultaba con frecuencia y la convivencia con ella era «un infierno» porque ella «la montaba por cualquier cosa» y, aunque ha insistido en que no la apuñaló, ha entrado en varias contradicciones, y ha llegado a reconocer: «Se me fue la chimenea».

Su defensa solicita la libre absolución, y ha recordado que, en las más de cuatro décadas de matrimonio, no hubo «ni una sola denuncia» de la víctima contra su marido. «Lo que hay que preguntarse es cómo se da el salto, cómo se llega a este extremo», apuntó el letrado, que sostiene que en este caso no se puede hablar de violencia de género, sino de una «situación límite» y que, de hecho, Valentín «se intentó suicidar» en varias ocasiones.

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