Caso Mislata: "El feriante pasó junto a mi hija desangrándose y ni la miró"
«La última vez que vi al feriante fue cuando mi hija estaba en el suelo, desangrándose. Él pasó sin mirar a la niña, a medio metro, pero sin mirarla en ningún momento. Entonces se agachó y cogió una cajita de muñeca que llevaba mi niña y se la llevó». Así describía en su declaración ante la jueza de Instrucción número 4 de Mislata realizada la semana pasada la madre de Vera, una de las niñas fallecidas en Mislata las pasadas navidades, después de que el castillo hinchable en el que jugaba volara por los aires, cómo actuó el dueño de dicha atracción tras el suceso.
El digital Levante EMV recoge, así, el relato que a preguntas del fiscal hacía la progenitora, quien detalla no solo los minutos previos al instante del siniestro, sino también cómo se produjo este y qué sucedió en los momentos posteriores.
En este sentido, la mujer explica que, cuando fue consciente de que la base del hinchable empezaba a levantarse por el fuerte viento, vio que justo en la esquina por la que se izó el castillo había «una cuerda que estaba suelta. El extremo del hinchable sí estaba cogido, pero no estaba atada a ningún árbol ni a nada».
Golpe contra la tómbola
«Cuando estaba dejando las zapatillas (de Vera) en el suelo, escuché el grito de otra señora y levanté la cabeza», justo para ver que «el hinchable estaba en alto», despegado del suelo por efecto del viento. En ese momento, desesperada, ella misma intentó agarrar la cuerda, pero no pudo.
Seguidamente, Vera se golpeó contra la tómbola, después de ser despedida por la parte frontal de la atracción, tras lo cual quedó tendida en el suelo a los pies de esa instalación. Sin tiempo que perder, la madre fue corriendo hasta el lugar donde yacía su hija, instante justo en el que el feriante pasó junto a ella y al cuerpo inerte de su hija sin hacer absolutamente nada por ayudarlas. Estaba más preocupado, según cuenta la mujer, por quitar de en medio la muñeca que les había tocado un rato antes en la tómbola y ponerla de nuevo a la venta que por prestar auxilio a cualquiera de los afectados.
El joven de la taquilla
Respecto a preguntas del fiscal sobre el empleado que la Policía busca como la persona que controlaba los tiques y los tiempos de uso del castillo, y cuya existencia niega el dueño de la atracción ferial, la madre de Vera declaraba que «el chico que atendía la atracción era uno jovencito, moreno, distinto al feriante». Al parecer fue quien «le dijo a la niña que se quitara las gafas» para entrar en el hinchable. Palabras a las que su madre le replicó «que sin ellas la niña no veía nada».
En cuanto al vendaval, la mujer detalla que «en los instantes anteriores al hecho ya había viento; no al llegar, que era brisa, pero sí cuando ya estaban allí». De hecho, grabó a Vera saltando en las camas elásticas y en ese vídeo se le escucha decirle a su marido que «se está levantando viento». Tanto, que evitó que Vera entrase en el otro castillo que había en la feria, más alto incluso que el siniestrado, al ver «que se movía mucho» precisamente por el viento. Fue esta la razón por la que la niña pidió subir en el segundo hinchable, «que era más bajito».
La jueza reanuda este jueves la ronda de declaraciones con las de los tres investigados –el feriante, su suegro y el ingeniero–. Todos comparecen por primera vez ante ella bajo sendas acusaciones de homicidio imprudente.
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