Caso Janet Jumillas: esta podría ser la reconstrucción de su asesinato
El juicio por la desaparición y el asesinato de Janet Jumillas en Barcelona comenzó el 12 de diciembre y en él se acusa a Aitor G. de haber cometido el crimen.
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Janet Jumillas desapareció el 13 de marzo de 2019 en Cornellá. Casi tres meses más tarde su cuerpo fue encontrado en una zanja de El Prat de Llobregat con signos de violencia. El único sospechoso de haber cometido el crimen es Aitor G., que se enfrenta a 19 años de cárcel.
Hasta ahora en el juicio han podido declarar los Mossos d’Esquadra para hacer una reconstrucción de cómo pudieron darse los hechos en base a las pruebas con las que cuentan y que incriminan de forma directa a Aitor G. Hoy, día 14 de diciembre, es el turno de los testigos.
Así pudieron suceder los hechos
Según los Mossos d’Esquadra y la Fiscalía, la mañana del 13 de marzo Aitor G. citó a Janet en su casa. Allí la mató a puñaladas para después abandonar su cuerpo en un solar de El Prat. Para sacar el cadáver de la vivienda los investigadores creen que montó una coartada con el objetivo de que su amigo, Christian, fuera a su casa y lo acompañara a buscar a su novia, Eli, que estaba en El Prat.
Sin embargo se ha descartado que estas dos personas participaran en los hechos o conocieran lo que Aitor había hecho o, al menos, no han encontrado pruebas que los incriminen.
El relato que elaboran los Mossos es que Aitor citó a Christian en su casa y, sin que éste supiera nada, bajó el cuerpo de Janet a su coche. Luego le pidió que lo acompañara hasta El Prat para recoger a su novia. Aitor metió en el coche a sus dos perros y Christian accedió a acompañarlo. El cadáver iba en el maletero.
Al recoger a Eli, es posible que Christian y ella se quedaran paseando a los perros mientras Aitor aprovechó para deshacerse de Janet. El cuerpo estaba envuelto en una cortina de ducha y tenía los tobillos atados con un cable.
Escuchas telefónicas
Cuando Janet desapareció todas las miras su pusieron sobre Aitor. No se conocía con certeza la relación que había entre ambos pero los investigadores lo consideraron sospechoso desde el primer momento, por eso intervinieron su móvil. En una de las conversaciones telefónicas que éste tuvo con Christian, le decía que se hiciera el tonto si la Policía le preguntaba algo.
Le sugería que dijera que habían estado fumando en una asociación cannábica durante toda la tarde. Eli, por su parte, se acogió a su derecho a no declarar cuando fue interrogada.
La geolocalización del móvil
Los datos que arroja el geolocalizador del terminal de Aitor demuestran que éste nunca estuvo en la asociación cannábica que decía y que sin embargo sí se desplazó por la zona de El Prat de Llobregat.
Otra de sus coartadas fue en la mañana de los hechos él se encontraba trabajando en Amazon, pero conocieron que Aitor había sido despedido unos días antes.
Huellas dactilares y restos de sangre
Gracias a la grabación de unas cámaras se supo que Aitor sacó varias bolsas blancas de su domicilio y las tiró a la basura. En ellas se encontraron el cristal de las gafas de Janet y varios mochos de fregonas con restos de sangre y que tenían las huellas dactilares del sospechoso.
Aitor, tras su arresto, tampoco reveló dónde se encontraba el cuerpo de Janet, algo que añadió dolor a la familia durante otras dos largas semanas, el tiempo que transcurrió desde su detención y hasta que fue hallado en el solar de El Prat casualmente por operarios. Lleva tres años y medio en prisión preventiva y afronta una condena de 19 años. Mantiene que es inocente.
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