La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Esther López habría cumplido este sábado 28 de mayo 36 años, y seguramente lo habría celebrado por todo lo alto, pero su vida se truncó el pasado 13 de enero cuando alguien se la arrebató en seco. Más de cuatro meses después de la desaparición y muerte de la joven de Traspinedo, sigue siendo una incógnita quién acabó con ella.
Es por ello que, la magistrada titular del Juzgado de Instrucción 5 de Valladolid ha requerido a cada uno de los grupos de la Guardia Civil, que están inmersos desde hace cuatro meses en la investigación del caso Esther López, para que pongan a su disposición los informes científicos y técnicos que faltan. De esta forma podrán completarse las diligencias o, en su caso, justificar la demora, ha informado el digital El Norte de Castilla. De hecho, aún se esperan resultados de muestras que se llevaron a los laboratorios el pasado mes de marzo, siendo esta una de las razones por las que todavía no se ha levantado por completo el secreto de sumario.
Fuentes jurídicas próximas a la investigación han señalado que de la pequeña parte todavía secreta del sumario "no se esperan grandes cosas", recalca el mencionado periódico. Así, el futuro del caso depende de las pruebas que faltan, de ahí la agilidad que solicita la jueza. Sobre todo, de la que tiene que llegar de Alemania acerca del contenido de la centralita del coche de Óscar S., en el que viajó Esther, y hasta que, según el hasta ahora principal sospechoso, se bajó porque se enfadó con él, quedándose sola y a oscuras en el cruce.
Las pruebas van llegado muy lentamente al juzgado, por lo que se ha convertido en algo "desesperante" para las partes del procedimiento. Como, por ejemplo, los resultados de la pintura azul que había en el pantalón de Esther López, que tampoco se corresponde con las muestras que recogieron en la casa de Óscar López, de modo que no sirven para probar la hipótesis de que la joven estuvo en el interior de la propiedad.
De hecho, los resultados científicos de las casi 500 muestras recogidas por el Equipo Especial de Inspecciones Oculares (ECIO) y la UCO, en el chalé de El Romeral son, a fecha de hoy, desconocidas por el juzgado. Al igual que las de la sangre recogida en uno de los sillones del porche de la vivienda, o los pelos en la zona del merendero. Y es que una veintena de estas muestras biológicas serían decisivas para poder ubicar a Esther López junto a Óscar S. en la casa de verano.
Sin embargo son las pruebas técnicas las que, según los investigadores, arrojarán algo más de luz a la resolución del caso. La instructora autorizó el pasado mes de marzo el decomiso del turismo de Óscar, y la remisión de la centralita del vehículo al fabricante alemán, mediante una orden internacional. De esta manera no solo podrían obtener los datos que guarda el navegador y el detector de averías, afianzando así la tesis del atropello, sino también reconstruir los recorridos que realizó el investigado la noche de autos y siguientes.
La familia de Esther continúa, cuatro meses después, esperando respuestas. La magistrada instructora de las diligencias del caso, que la Guardia Civil le presente "un relato" basado en pruebas sólidas que le permita completar la investigación. Y de esta forma, decidir si sigue adelante con el procedimiento o decreta el sobreseimiento de las actuaciones.
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