Los católicos alemanes critican duramente al Papa por su carta sobre los abusos

Varias asociaciones lamentan que el texto no hiciera referencia a los casos en Alemania y que no analice las causas estructurales y se limite a ver los hechos como casos aislados.

Dpa

20 de marzo 2010 - 18:42

Berlín/El papa Benedicto XVI fue objeto de duras críticas por parte de organizaciones católicas alemanas, quienes le reprochan tanto la versión que ofrece de los casos de abuso sexual ocurridos en Irlanda como su silencio sobre los muchos que salieron a la luz en Alemania.

"En lugar de un manejo efectivo de la crisis, el Vaticano ofrece el espectáculo de una institución autista: de acuerdo con esta autopercepción hubo sólo unos pocos perpetradores, que sucumbieron a la seducción de la época", se lee en el comunicado de la organización Iniciativa Iglesia de abajo (Initiative Kirche von unten, Ikvu). Según Ikvu, el Papa se niega a ver las causas estructurales de los hechos y los reduce a casos aislados, producto de acciones particulares. Tal perspectiva resulta escandalosa, agrega la organización, que exigió la formación de una comisión de investigación independiente de los poderes eclesiásticos para los casos alemanes, según el modelo al que se recurrió en Irlanda.

También la agrupación reformista alemana Somos Iglesia (Wir sind Kirche) se manifestó en Múnich "decepcionada" por el mensaje papal. La carta dejó la impresión de que lo único que importa es la imagen de la Iglesia, señaló en Múnich el portavoz de la organización, Christian Weisner. Como "muy enojoso" consideró Weisner que el Papa derivara la responsabilidad por los hechos a las circunstancias externas. Benedicto XVI escribió en su misiva que el abuso sexual de niños por parte de eclesiásticos debe entenderse en el contexto de "la veloz transformación y secularización de la sociedad irlandesa" y "del veloz cambio social". "Se sigue perdiendo de vista", continuó Weisner, que no se trata sólo de casos aislados, sino de "un problema global que afecta a las estructuras". La reforma debe llegar mucho más lejos. "Esta carta no es todavía el gran cambio" que se espera, agregó.

Es por eso que la misiva papal sólo puede considerarse "un inicio". A ella debe suceder una inmediata puesta en tela de juicio de cuestiones estructurales internas de la Iglesia, señaló Weisner. Sobre todo deben reconsiderarse el celibato y la teoría sexual de la Iglesia. Para la organización, es lamentable también que el Papa no se haya referido explícitamente a los más de 250 presuntos casos de abuso sexual que salieron a la luz en Alemania en los últimos dos meses, señaló Weisner. "El silencio del Papa no es bueno. Con seguridad no va a contribuir a consolidar ni su autoridad ni su imagen en el seno de la Iglesia, como sí lo habría hecho que tuviera palabras de solidaridad y simpatía hacia las víctimas".

También la Federación de Juventudes Católicas Alemanas (BDKJ) lamentó que no hubiera referencias directas a la situación en Alemania. "En vista de la creciente inseguridad entre las y los jóvenes católicas y católicos y sus padres nos habría reconfortado encontrar palabras de acompañamiento y confianza", dijo el presidente de la organización, Dirk Tänzler, en Düsseldorf. Resultará ahora decisivo que los obispos alemanes se encarguen de aclarar lo sucedido en Alemania sin dejar huecos y rápido. La BDKJ reúne a 16 uniones juveniles católicas, que agrupan unos 650.000.

En la misiva publicada en el Vaticano, el Papa hace público "en nombre de la Iglesia la vergüenza y el arrepentimiento" de toda la comunidad eclesiástica. Apunta además que en algunos casos serán necesarias medidas dolorosas para sanar las heridas, así como un largo proceso de renovación de la Iglesia irlandesa.

En Alemania se destaparon en los últimos dos meses numerosos casos de abusos de menores por parte de sacerdotes. Algunos de ellos se cometieron en el arzobispado de Múnich, al frente del cual estaba entonces el actual Papa en calidad de arzobispo, y en la escolanía de niños cantores de Ratisbona, que dirigió durante muchos años el hermano del Papa, Georg Ratzinger.

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