Nueve de cada diez casos de acoso escolar en España "quedan impunes"
La Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar denuncia que las cifras oficiales sólo reflejan "la punta del iceberg".
El 41% de los padres no saben los contenidos que ven sus hijos en internet
Madrid/Nueve de cada diez casos de acoso escolar en España "quedan impunes" y los protocolos para atajarlos fallan de modo estrepitoso: ni los previenen ni abordan las necesidades de las familias y de sus hijos, "es un fraude institucionalizado".
Es la denuncia del presidente de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (Aepae), Enrique Pérez-Carrillo, que cree que las cifras oficiales sólo reflejan "la punta del iceberg" de lo que está pasando.
Las fuerzas de seguridad del Estado reciben de media un millar de denuncias de acoso (lesiones, amenazas, trato degradante...), pero organizaciones como Save The Children, la UNESCO y Amnistía Internacional elevan los casos entre el medio millón y los tres millones de niños españoles afectados por este tipo de maltrato.
Según Amnistía, el 96% de los casos identificados como sospechosos de acoso que recibió el número de atención telefónica del Ministerio de Educación (900 018 018) en sus dos primeros años de funcionamiento (2017 y 2018) no fueron denunciados a la inspección educativa.
Aparte de la disparidad de cifras, los protocolos que se aplican tampoco avanzan en atajar el problema, ya que muchas veces "se cierran en falso", añade Pérez-Carrillo, cuya organización, formada por psicólogos, pedagogos y educadores sociales, ha atendido a más de 4.000 víctimas de acoso en sus 15 años de funcionamiento.
Uno de los problemas de los protocolos es que el propio centro educativo es "juez y parte" del proceso y su interés es que "no trascienda", "ocultando información a la Inspección de Educación, a quien le llega el informe de modo sesgado y acaba por desestimarlo".
"El sistema es hoy un fraude institucionalizado que deja en la indefensión absoluta a la familia y a la víctima; lo habitual es que los padres desistan y cambien a su hijo de colegio". Si el traslado es de un centro público a otro público se suma la dificultad de que el cambio debe justificarse y si el acoso no se ha reconocido "se ven obligados a buscar un concertado/privado".
Tampoco funciona la atención psicológica al menor maltratado, ya que suele llegar tarde y con una periodicidad insuficiente, explica Pérez-Carrillo, que recuerda que hace unos días le llegó una madre a cuya hija daban cita en seis meses y le ofrecían una consulta mensual en salud mental .
Critica además que los centros no midan la incidencia del acoso, su personal docente carezca de la adecuada formación y la confidencialidad del protocolo, con lo que las familias no tienen posibilidad de asegurarse de que el relato del centro coincide con lo que su hijo ha testimoniado y sufrido.
Todo lo que está ocurriendo son "despropósitos que se conocen perfectamente", señala el presidente de Aepae, en cuya opinión se necesita una ley específica de ámbito estatal y un plan nacional de prevención e intervención, donde se responsabilice a las personas que hacen dejación de sus funciones, junto a recursos y protocolos mejorados.
Su asociación ofrece en su página web un test on line y anónimo para que la víctima pueda evaluar por sí misma -a través de preguntas- si está padeciendo maltrato y en qué grado de gravedad.
Si el resultado es el nivel rojo, la recomendación es comunicarlo de forma inmediata al centro educativo y aportar el mayor número de pruebas (pantallazos, parte de lesiones, informe del psicólogo, etc.).
Se entiende por acoso cuando el maltrato es reiterado, tres o más veces. "Si se pueden concretar tres ocasiones seguramente han sido más, porque normalmente se oculta a los ojos del adulto", concluye el presidente de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar.
El padre de Kira pide al Congreso que el acoso sea delito
El padre de Kira, la joven de 15 años que se suicidó tras sufrir bullying, ha pedido este jueves que el acoso escolar sea considerado delito y que cuando un niño se cambia de colegio por este motivo conste como tal para que existan estadísticas reales.
Así lo ha asegurado José Manuel López, progenitor de la menor, a los periodistas a su llegada a la Cámara Baja, donde ha entregado más de 230.000 firmas para pedir un protocolo contra el acoso escolar, coincidiendo con el Día Internacional contra la Violencia, el Acoso Escolar y el Ciberacoso.
"Es un problema más serio de lo que parece", ha advertido López, quien por eso ha reunido firmas a través de la plataforma change.org, con las que pretende que los partidos y el Gobierno se tomen en serio el acoso escolar. "Esto de verdad, ¿no le importa a ningún gobernante?", se ha preguntado.
Acompañado de su esposa que portaba una gran fotografía de su hija, que se suicidó tras sufrir bullying en la escuela en mayo de 2021, López ha pedido que se invierta más dinero que solucionar este problema porque lo que se destina actualmente es "calderilla", ha opinado.
Convencido de que con esta iniciativa podrá ayudar a salvar más de una vida porque pone "en alerta" a los padres, ha pedido, entre otras cosas, que se cree un registro donde conste cuando un niño se ha tenido que ir de un centro por acoso escolar.
Algo que ha considerado muy importante porque, en la actualidad no existe y, sin embargo, es la forma de que los menores "se sientan seguros" y "no vayan con miedo" al colegio. "Para que un niño rinda tiene que sentirse seguro y motivado", ha apostillado.
También ha reclamado que se forme a los docentes ya en la universidad para que sepan enseñar a los niños a gestionar sus emociones y las de otros, y que se tomen medidas para detectar ideas suicidas en los centros educativos porque "no es normal que un niño con 10 años o mi hija, con 15, decidan que no merece la pena vivir".
Junto a ello ha pedido que si los padres advierten al docente o al colegio de que se maltrata o se acosa a sus hijos, y persiste el problema, tenga una consecuencia legal, y que se ponga a "la inspección educativa a inspeccionar de verdad, que no sea decorativa y que no esté en connivencia nunca con ningún centro".
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