El campo nazi de Sachsenhausen recordó a las víctimas españolas
El homenaje se ha celebrado con ocasión del Día Internacional del Holocausto.
El antiguo campo de concentración alemán de Sachsenhausen, uno de los escenarios del exterminio nazi como los de Mauthausen (Austria) y Auschwitz (Polonia), rindió hoy homenaje a los españoles muertos allí, en ocasión del Día Internacional del Holocausto.
El campo de Sachsenhausen, situado en la localidad de Oranienburgo (vecino Berlín), fue construido por orden del Tercer Reich por los propios confinados en 1936 y estuvo operativo hasta 1945.
Se calcula que más de 200.000 personas de 30 nacionalidades estuvieron encarceladas allí, teniendo en cuenta no sólo su época nazi, sino también en la posterior, en que sirvió como campo de confinamiento a los soviéticos, tras la Capitulación alemana, 1945, y hasta 1950.
Desde los barracones hasta el patíbulo, pasando por las torres de control o la cocina de los prisioneros son testimonio hoy de aquel genocidio, en forma de Museo y Monumento Conmemorativo que fue inaugurado en 1993.
Entre los cerca de doscientos españoles que estuvieron presos en Sachsenhausen -según se extrae del banco de datos de los soldados, el libro de los muertos y las declaraciones de testigos- estaban José Carabasa, Valentí Portet, Felipe Noguerol o Bernardo García.
Los presos españoles habían sido hasta ahora los "olvidados" en el colectivo de víctimas del campo, como recordó la historiadora del Monumento Conmemorativo y Museo de Sachsenhausen, Astrid Ley, motivo por el cual este año se les rindió homenaje.
El más célebre entre los presos españoles fue Francisco Largo Caballero (octubre 1869-marzo 1946), que posteriormente sería presidente del Gobierno en la Segunda República española, entre 1936 y 1937.
Los españoles fueron a parar a Sachsenhausen entre 1940 y 1941, después de que Alemania atacara Francia, donde muchos estaban exiliados o refugiados tras la guerra civil española. Al menos 19 de ellos murieron.
Uno de los pocos supervivientes fue Pedro Martín, nacido en Francia en 1925, hijo de inmigrantes españoles, que fue arrestado por sabotaje a los 17 años.
En abril de 1943, Martín fue deportado a Sachsenhausen, donde se registró como español, con la letra "S" cosida en el traje.
Dos años más tarde, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, se produjo la liberación, al atacar las tropas soviéticas y polacas al Ejército nazi.
Según el discurso de Martín, leído hoy en el homenaje ante varios centenares de personas, Sachsenhausen es un "lugar cargado de simbología, en el que aún perdura el estigma de los campos de concentración nacionalsocialistas".
El superviviente insistió en que el recuerdo de todos los camaradas muertos "permanezca en la memoria universal".
El acto, organizado por la Fundación del Monumento Conmemorativo de Brandeburgo y el Parlamento de este Estado, terminó con una ofrenda floral junto al monumento en memoria de las víctimas del campo de concentración, el lugar conocido como "Estación Z".
Por su parte, el embajador de España en Alemania, Rafael Dezcallar y Mazarredo, subrayó los esfuerzos del presidente del Gobierno español, Jose Luis Rodríguez Zapatero, por concienciar a los españoles sobre la barbarie nazi de los campos de concentración nazis.
"Muestra de ello es la creación, en febrero de 2007, de la Casa Sefarad-Israel en Madrid y la implantación, en 2004, del 27 de enero como Día oficial de la Memoria del Holocausto", apuntó el diplomático español.
Asimismo participó en el acto -acompañado por el sonido del violonchelo de Laia Puig- el presidente del Parlamento regional de Brandeburgo, Gunter Fritsch.
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