¿Qué cambio de hora nos afecta más, el de verano o el de invierno?
En invierno el cansancio llega antes, en primavera el cuerpo no quiere descansar ¿cuál es el mejor horario?
Cómo nos afecta el cambio de hora
¿Será este el último cambio de hora?
El ser humano es un animal de costumbres y como tal, nuestro cuerpo agradece las rutinas. El problema viene con esos cambios que, aunque los conocemos, nunca nos acostumbramos, como es el caso del cambio horario, tanta el de invierno como el de verano.
En octubre retrasamos la hora y forzamos a nuestro organismo. A las tres de la madrugada del domingo vuelven a ser las dos. Así que es muy probable que a partir de ahora nos levantemos antes incluso de que salga el sol. Por el contrario, en primavera comenzamos el horario de verano, por lo que tenemos una hora más de luz y nuestro cuerpo se niega a irse a descansar.
El ritmo biológico es básico en nuestra salud. Está comprobado que cuando se alterna nos afecta, como les ocurre a los viajeros con jet lag o los que tienen un trabajo nocturno. Además de cansancio, los problemas de estómago o el envejecimiento de la piel son algunos de los efectos comprobados.
En invierno, llega antes el cansancio
Nuestro cuerpo se activa con la luz, así que el efecto de levantarse cuando aún es de noche nos produce una mayor sensación de cansancio. Una sensación que puede alargarse durante el día, con la impresión de que no podemos llegar a todo. Este retraso de una hora en invierno también hace que anochezca antes, y el cuerpo entiende que es hora de descansar. El cuerpo segrega melatonina (la hormona que facilita el sueño) y por tanto tienes más sueño cuando aún estás activo. La sensación de cansancio se hace más evidente.
Retrasar una hora el reloj y perder esa hora de luz, de un día para el otro, "a nivel psicológico es peor el de otoño, ya que empeora el estado de ánimo", explica Marta Caldero, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Por el contrario, el peor de los cambios horarios en lo relativo al cansancio es el de verano porque perdemos una hora de sueño.
En verano, menos horas de sueño
Aunque suene a paradoja, el horario de verano nos provoca mayor cansancio que el de invierno. Esto ocurre porque con la primavera ganamos horas de luz. La noche que se cambia el horario, no solo dormimos una hora menos, sino que descansamos peor, según las conclusiones de un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública de Finlandia. Y esto tiene sus consecuencias: el día siguiente estamos más cansados y puede provocar que aumenten los accidentes laborales y los de tráfico.
Por si fuera poco, la falta de sueño relacionada con este cambio horario también supone un aumento del número de ataques al corazón durante el día siguiente (hasta un 24%, según datos publicados en el British Medical Journal).
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