Bolsa de Madrid: el templo del comercio cumple años
Aniversario
El singular edificio del Palacio de la Bolsa de Madrid se inauguró el 7 de mayo de 1893
El Palacio de la Bolsa de Madrid cumple años hoy. Concretamente 127, un aniversario que en este funesto 2020 viene sin duda marcado por la crisis sanitaria (y económica) provocada por el Covid-19 pero que sirve para recordar la historia de este singular edificio, inaugurado el 7 de mayo de 1893 por la Reina Regente María Cristina (la misma de “María Cristina me quiere gobernar”). Desde entonces es la casa del Mercado de Valores de Madrid, que llevaba ya más de 60 años funcionando en distintas sedes de la capital española. Aunque socialmente estaba considerada como una institución con mucha personalidad, lo cierto es la Bolsa de Madrid de entonces se dedicaba casi en exclusiva a la negociación de valores de deuda pública de una España cada vez más pequeña en lo geográfico (pronto perdería sus últimas colonias).
La de la bolsa madrileña es una de las pocas sedes bursátiles del mundo que se conservan en edificios singulares como este, cuya construcción costó algo más de tres millones de pesetas de las de entonces, que era mucho dinero. Obra del arquitecto Enrique Mª de Repules y Vargas (que ganó el concurso de adjudicación con el lema “Sin Paz no es posible el Comercio”), a la sazón hijo de un agente de cambio y bolsa y, por lo tanto, conocedor de la atmósfera de estrés y nerviosismo que se respiraba en los parqués, así como las necesidades para acoger la actividad bursátil. Además de darle una forma de basílica a la nave principal de contratación quiso dotarle de una amplia entrada de luz natural, fijando una amplia superficie del techo con vidrio, sustituyendo por hierro las tradicionales vigas de madera que se utilizaban por entonces.
De estilo neoclásico, muy en la línea de otros edificios singulares de la época en la capital de España (como el Banco de España, la Biblioteca Nacional, el Museo del Arte Moderno o el de la Real Academia de la Lengua), el Palacio de la Bolsa de Madrid tiene una fachada principal de 66 metros. Es de planta irregular en la que destacan el imponente pórtico con seis columnas en el frente, sus pabellones laterales y su hermosa y popular escalinata.
Ya en el interior el edificio acaba resultando imponente. Su recibidor (el Salón de los Pasos Perdidos) dominado por el relieve del ‘Caduceo’, un símbolo griego formado por dos serpientes, que representan la oferta y la demanda, un palo (la mediación), y dos alas simbolizando la velocidad en la toma de decisiones.
En el Salón de la Contratación (el parqué madrileño propiamente dicho) destaca su techo decorado con pinturas alegóricas de las provincias españolas, realizadas por Luis Taberner Montalvo y Luis Imbrol, y sobre todo por su iluminación natural gracias al espectacular techo de vidrio que preside la sala principal de Lealtad, 1.
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