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Un aviso en el pescado: Los contaminantes del plástico no son inocuos

La cantidad de plásticos que se arroja anualmente al mar en Europa oscila alcanza las 13,5 millones de toneladas

Este mapa predice a dónde va el plástico que llega al mar

Los océanos se están convirtiendo en "auténticas sopas de plástico"

Los microplásticos pueden absorber hidrocarburos aromáticos policíclicos, DDT y sus metabolitos, pesticidas organoclorados, herbicidas y metales pesados, como mercurio o cadmio.
Redacción

08 de octubre 2021 - 12:52

Los expertos llevan años avisando de los perjuicios de arrojar basura al mar. El primero de ellos, la contaminación excesiva de los océanos, parece no haber calado del todo en la población ya que, todavía hoy, es imparable la cantidad de productos nocivos que se arrojan a los mares y océanos.

También se ha intentado concienciar desde el punto del respeto animal, ya que son innumerables los peces que mueren atrapados en todo tipo de artilugios de plástico que se encuentran en su camino. Pero este argumento tampoco ha servido de mucho. Recientemente, sin embargo, han vuelto a emitir un aviso: el hecho de que los animales marinos consuman plástico es perjudicial para el ser humano.

Un estudio realizado con lubinas, una de las especies que más se consumen en la gastronomía española, ha revelado que "los contaminantes químicos de todo tipo que se adhieren a los microplásticos durante el tiempo que estos flotan en los océanos pueden provocar problemas de salud".

Cuidado con los contaminantes adheridos a los plásticos

Los estudios científicos vienen demostrando, desde hace años, que el volumen de plástico que acaba en los océanos es ingente, tanto es así que oscila entre las 7 y 13,5 millones de toneladas cada año, solo en Europa. Así, la totalidad del pescado que después consume el hombre ha comido fragmentos de ese tipo de basura a lo largo de su vida, tanto si es salvaje como si proviene de granjas de acuicultura en el mar.

El Instituto de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (Ecoaqua) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria publica ahora en la revista Science of the Total Environment los resultados de un estudio que avanza aún más en la materia ya que, según parece, a los investigadores les preocupan tanto o más que los microplásticos, los contaminantes que se adhieren a ellos.

Los compuestos químicos que absorben los microplásticos son son disruptores endocrinos, genotóxicos o inducen una supresión del sistema inmunitario en peces

Daniel Moreno y Simona Rimoldi, principales firmantes y autores del trabajo, recuerdan que los microplásticos pueden absorber diferentes contaminantes, "como hidrocarburos aromáticos policíclicos, DDT y sus metabolitos, pesticidas organoclorados, herbicidas y metales pesados, como mercurio o cadmio, entre otros".

El trabajo subraya que las investigaciones realizadas hasta el momento sobre el bajo riesgo de los microplásticos para la salud humana no han tenido en cuenta los contaminantes adheridos a la basura. "Los efectos tóxicos de varios de esos compuestos químicos son bien conocidos: Muchos de ellos son disruptores endocrinos, genotóxicos o inducen una supresión del sistema inmunitario en peces", advierten.

Inflamación intestinal y cambios en la flora bacteriana

Los científicos canarios han diseñado un experimento en el que añadieron durante dos meses microplásticos al pienso que reciben como comida ejemplares juveniles de lubinas de acuicultura: a parte de ellas les suministraron fragmentos "limpios" de plástico y al resto, partículas impregnadas con contaminantes químicos que se han detectado en otras ocasiones en ese tipo de basura en el mar.

Los resultados del ensayo mostraron que las lubinas que habían comido microplásticos con contaminantes químicos presentaban una respuesta inflamatoria en el intestino distal y cambios en la flora bacteriana intestinal, algo que no se observó en el resto de animales.

Estas perturbaciones en las comunidades microbianas del intestino eran signos innegables de disbiosis intestinal

"Estas perturbaciones en las comunidades microbianas del intestino, incluida la reducción de bacterias beneficiosas del ácido láctico y el aumento de microorganismos potencialmente patógenos (proteobacterias y vibrionales), eran signos innegables de disbiosis intestinal, que a su vez confirmaron los signos de inflamación causados por contaminantes, especialmente cuando se combinan con los microplásticos", explican los autores.

Desde su punto de vista, los resultados de este experimento "aportan nuevos conocimientos sobre los riesgos potenciales de ingerir microplásticos como portadores de contaminantes en el pescado marino".

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