El arzobispo de Toledo aboga por un "laicismo positivo" que sea respetuoso
Braulio Rodríguez asegura que se puede dialogar sobre muchas cuestiones
El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, aboga por "un laicismo positivo" que respete todas las opiniones, en vísperas de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que recuerda el encuentro del Papa Juan Pablo II con jóvenes en Madrid en 2003 como "un momento muy emotivo".
En una entrevista con Efe, Rodríguez rememoró el encuentro que tuvo Juan Pablo II con jóvenes españoles en mayo de 2003 en el aeródromo de Cuatro Vientos y considera que, desde la perspectiva que da el tiempo transcurrido, la situación ha cambiado mucho, "en el sentido de que nunca hay una época igual que otra".
Cree que en estos ocho años "se ha ido viendo una concreción de lo que significa ser cristiano", y que también "se van viendo muchos matices de un laicismo un poco negativo, que cada vez va diciendo o exigiendo más cosas, sobre las que se puede dialogar", pero con las que no está de acuerdo en algunos casos. "Nos parece bien un laicismo que sea positivo, que respete todas las opiniones, pero querer expulsar de la esfera pública cualquier fe o cualquier religión parece que es una desmesura", añade.
En este tiempo ha cambiado también "que a los chicos les cuesta más ahora vivir la vida cristiana, porque tienen que luchar contracorriente", asegura el arzobispo primado, quien dice que le parece normal. "Eso es positivo, porque tenemos que profundizar en lo que es nuestra fe, y no simplemente ser unos grupos que seguimos unas tradiciones", dice Rodríguez. Los propios jóvenes son conscientes de estas dificultades. "Ellos también saben y se acostumbran, son gente de esta época y no se asustan porque vean unas cosas contrarias a su fe, no pasa nada".
Es consciente de que en la Iglesia no se hacen "todas las cosas bien", pero también entiende que tiene derecho a ser tenida en cuenta porque, entre otras cosas, representa "a bastantes personas". "No se trata de mayorías o minorías, se trata de ver que estamos en un Estado por supuesto aconfesional, pero eso no quiere decir contraconfesional, estamos en una separación Iglesia-Estado que nosotros queremos sobreguardar y guardar, a veces más que los políticos, no digo que todos los políticos, pero a veces más que muchos políticos", señala.
"Eso no significa que tengamos que estar a palos como siempre, nosotros estamos con un sentido de paz, con un sentido de mostrar que es nuestra fe la que ayuda a esos jóvenes, que como ciudadanos van a contribuir a que la sociedad sea mejor", indicó.
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