Un anticuerpo prometedor para cánceres de difícil tratamiento
oncología
Un nuevo anticuerpo bioespecífico ofrece buenos resultados en combinación
Barcelona/En los últimos cinco años, la inmunoterapia se ha incorporado a los tratamientos del cáncer. Este abordaje consiste en estimular al sistema inmune del propio paciente para que sean sus linfocitos (un tipo de glóbulos blancos) los que ataquen los tumores y se han logrado buenos resultados en diferentes tipos de cáncer, prolongando la supervivencia.
Los oncólogos han observado que muchos de los tumores están inflamados. Es decir, tienen la infiltración de las células inmunes que, por diferentes motivos, están como dormidas. La inmunoterapia estimula la producción de anticuerpos que despiertan a las células inmunes, que comienzan a destruir tumores como melanoma y determinados tipos de cáncer de pulmón y vejiga.
"Pero este abordaje no funciona en el 75% de tumores porque no hay nada que despertar: las células inmunes no están infiltrando los tumores. Por eso estamos desarrollando este nuevo tipo de anticuerpos, que logra que los linfocitos entren en el tumor", ha explicado el profesor Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología Valle de Hebrón y presidente electo de la Sociedad Europea de Oncología. El mecanismo de este anticuerpo biespecífico -denominado CEA-TCB- permite, por un lado, unirse a los linfocitos y activarlos y, por otro llevarlos al tumor y destruirlo por contacto. "Sin embargo, el tumor es muy listo y reacciona, elevando los niveles de la proteína PDL-1: estamos viendo que los resultados del nuevo anticuerpo son buenos, pero son mejores si lo combinamos con otro fármaco llamado atezolizumab, que es un anticuerpo anti PDL-1".
Los resultados preliminares de esta investigación se han presentado en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO), que se ha celebrado esta semana en Chicago. El fármaco ha presentado diferentes efectos secundarios temporales que se están estudiando y que están relacionados con la inflamación, como diarrea o insuficiencia respiratoria.
"Hemos podido ver respuestas y estabilizaciones en tumores en los que no había ninguna, como el cáncer colorrectal estable de microsatélites. Son resultados preliminares, pero muy interesantes, que ofrecen una nueva oportunidad. Ahora ajustaremos las dosis y comprobaremos qué tratamientos pueden darse para disminuir los efectos secundarios. Y realizaremos más estudios en cáncer de colon, páncreas, de esófago y de cérvix", ha anunciado.
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