La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Picaduras
La carabela portuguesa ha vuelto a hacer ondear la bandera amarilla en playas de Cádiz por precaución. La picadura de carabela portuguesa es muy urticante y puede afectar seriamente al ser humano. El contacto con sus tentáculos puede producir quemazón, inflamación y fuertes dolores, ¿qué hacer entonces ante su picadura?
El servicio de emergencias 112 tiene disponibles una serie de recomendaciones sobre cómo actuar ante la picadura de la carabela portuguesa conocida también como falsa medusa.
En primer lugar, el 112 desaconseja frotar con las manos la zona afectada ni usar toallas, arena o barro. Se deben retirar los restos de filamentos adheridos a la piel con ayuda de unas pinzas o de algún elemento rígido, como un carné o tarjeta.
También sería bueno examinar si han quedado restos de filamentos adheridos al bañador, ya que pueden permanecer activos durante días.
A continuación, el 112 recomienda limpiar la zona afectada con abundante agua salada -nunca agua dulce- y ponerse hielo dentro de una bolsa, evitando el contacto con la piel, ya que el frío ayuda a reducir la inflamación y mitigar el dolor.
No hay que usar vinagre, amoníaco reducido, alcohol u orina, porque podrían aumentar el riesgo de infección. Además, hay que evitar la exposición al sol.
Es fundamental tranquilizar a la persona que ha sufrido la picadura y hacerle entender que su vida no corre peligro.
Según la guía difundida por el 112, el contacto con los filamentos urticantes de esta especie provoca una intensa sensación de quemazón, picor e inflamación local; y dolor muy agudo que puede provocar un shock anafiláctico e incluso pérdida de la conciencia si la zona afectada es extensa.
La persona afectada también puede experimentar mareos, fiebre, sudoración, entumecimiento muscular, dificultades respiratorias y taquicardia.
Para prevenir las picaduras, el 112 ha pedido "no subestimar la situación" y evitar las zonas de baño donde se hayan avistado ejemplares.
Aunque se encuentren muertas no se deben tocar, ya que su veneno es potente y persiste hasta 24 horas en condiciones de sequedad. Si se tocan, no hay que llevarse las manos a los ojos o boca.
Las cremas solares pueden proteger de la picadura porque tienen cierta capacidad para aislar la superficie corporal de los tentáculos. Dentro del agua, es conveniente utilizar ropa protectora de licra o neopreno.
Niños, personas mayores y personas con antecedentes alérgicos, cardiovasculares o asmáticos deben tener especial cuidado.
La carabela portuguesa es una especie pelágica cuyas células urticantes pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano.
Habita principalmente en aguas cálidas y se mueve impulsada por el viento y las corrientes superficiales. Aunque su aspecto es semejante al de la medusa, no es una medusa, sino un tipo de hidrozoo de la subclase de los sifonóforos, un organismo colonial cuyos individuos se especializan para mantener viva la colonia.
A diferencia de las medusas –que se mueven bajo el agua impulsadas por las corrientes–, la carabela portuguesa se desplaza sobre la superficie gracias a un flotador relleno de gas que parece una vela de barco y al que debe su nombre.
Tiene forma de globo azulado y transparente, de entre 20 y 25 centímetros, y posee unos tentáculos de hasta 30 metros de longitud repletos de células urticantes.
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