Vías para mejorar el abordaje terapéutico de la gota
La gota, considerada una enfermedad de reyes en la antigüedad, presenta hoy una realidad social muy distinta
Expertos y pacientes subrayan la necesidad de derribar mitos y estrechar lazos para reforzar la implicación del paciente en la enfermedad
Sevilla/La gota se debe a la presencia prolongada de niveles altos de ácido úrico en sangre que producen la formación de cristales salinos (urato de sodio) en los tejidos, más frecuentemente en las articulaciones. Es un problema abordable y curable pero aún existen muchos mitos asociados a sus causas y manejo. Con el objetivo de ahondar en la percepción de la gota y los retos que plantea, se celebró el pasado martes en la sede de Diario de Sevilla el desayuno informativo 'Gota, del mito a la curación', organizado por Grupo Joly y Grünenthal.
"Históricamente la gota se ha asociado a la mala salud y antiguamente era considerada una enfermedad de reyes, pero esto ya no se corresponde con la realidad. Por eso, es necesario derribar aún muchos mitos asociados a esta patología, tanto en la población general como entre algunos profesionales, para que se le dé la importancia que merece", explicó el vicepresidente de la Liga Reumatológica Española (LIRE), Fernando Vega, a la hora definir uno de los retos principales. Aunque el ácido úrico elevado se asocia a malos hábitos alimenticios o a excesos, el incremento de la prevalencia de la gota también se debe, entre otros factores, al aumento de la longevidad, a factores genéticos, a la acción de algunos medicamentos y puede estar asociada a otras patologías como la enfermedad renal crónica. No siempre está provocada por una mala alimentación y eso ha alimentado esos mitos en torno al problema.
Por su parte, el doctor Alejandro Muñoz, especialista en Reumatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, subrayó que "es una enfermedad que requiere de una especial implicación del paciente, sobre todo en lo relativo al cumplimiento terapéutico y el estilo de vida". Para el experto, "el protagonismo del paciente en el manejo de la enfermedad es importante para nosotros ya que la adherencia terapéutica es un gran caballo de batalla en este ámbito". Asimismo, el doctor Muñoz quiso hacer hincapié en su relación con otros procesos. "Pese a estar relacionada con los malos hábitos de vida, hemos de tener en cuenta que es un factor que ya se incluye en el síndrome cardiometabólico, que existe componente genético o que en ocasiones se da como un problema asociado a otras patologías reumatológicas como la psoriasis o la artritis reumatoide", expuso. Además, Muñoz quiso poner sobre la mesa el valor de la coordinación entre el especialista en Reumatología y el especialista en Medicina de Familia, teniendo en cuenta también las diferencias entre el tratamiento en periodo de crisis y el tratamiento crónico.
Para Manuel J. Mejías Estévez, médico de familia del Centro de Salud Ronda Histórica de Sevilla y profesor de la Universidad Pablo de Olavide, se trata de una enfermedad que requiere especial atención al entorno social y económico para entender su alcance. "Hay que tener en cuenta las dificultades para el autocuidado o para una alimentación equilibrada en casos en los que el paciente sea mayor, viva solo o tenga pocos recursos", afirmó. Para Mejías hay que "atender también a la repercusión sociolaboral del paciente con gota, que puede ser altamente incapacitante para la vida diaria". Asimismo, "es muy importante el control de la enfermedad a través de los hábitos de vida y debemos establecer objetivos terapéuticos realizables atendiendo a esa realidad socioeconómica". Mejías matizó que en Atención Primaria interesa el estatus del ácido úrico como un factor de riesgo cardiovascular, lo que "puede ayudar a vigilar bien varios síntomas enmarcados en el síndrome cardiometabólico".
El análisis del impacto económico y su relación con la toma de decisiones estuvo analizado por Isaac Aranda Reneo, economista de la Universidad de Castilla La Mancha, que abogó por actualizar los estudios de impacto de la gota en España. Además, explicó que "los costes indirectos, que están ligados a aspectos sociales o a pérdidas de productividad, no se han incluido en la evaluación de estrategias terapéuticas sobre resultados en salud". Para el experto, son síntomas de que queda mucho por hacer tanto en el estudio del impacto de estas patologías como en las evaluaciones sobre tratamientos. Según sus datos, La calidad de vida auto percibida de los pacientes con gota está cifrada en 0,71, donde cero es el fallecimiento y uno la salud plena. De media, la población general cifra su calidad de vida en 0,9. Así, subrayó la necesidad de que este tipo de información se incorporen a los estudios de evaluación económica, indicando que "la gestión sanitaria requiere criterios que permitan homogeneizar, medir y evaluar el retorno social de una inversión en determinados tratamientos". "La pérdida de productividad, el absentismo laboral, el presentismo laboral, son aspectos que deben incorporarse a estos análisis y ayudar a que el manejo de la gota sea óptimo", afirmó.
A la hora de explicar la realidad asistencial de los pacientes, Fernando Vega expuso que en ocasiones "a los pacientes les falta información en profundidad y se requiere un poco más de interacción con el médico". En su opinión en ocasiones existen dificultades para derivar al reumatólogo, con lo que el papel recae en el médico de familia, que muchas veces por la presión asistencial no pueden realizar un seguimiento adecuado.
Manuel J. Mejías quiso hacer hincapié en las habilidades de comunicación que deben tener los médicos para poder establecer con sus pacientes una "alianza terapéutica". "Tanto la disponibilidad del médico como la actitud del paciente son importantes, y eso muchas veces no es sencillo de lograr. Hace falta la implicación del paciente en objetivos realistas", subrayó.
Alejandro Muñoz puso énfasis en que desde su especialidad se está trabajando mucho por mejorar el abordaje de esta patología y subrayó la importancia del asociacionismo entre los pacientes para trabajar juntos. "Las asociaciones son fundamentales para trasladar al paciente información adecuada", explicó.
De hecho, el papel de las asociaciones y la necesidad de aumentar las herramientas de participación en la toma de decisiones sanitarias fue otro de los aspectos reseñados por los ponentes. Para Fernando Vega estas reflexiones "inspiran mucho optimismo" ya que, "si se crean los canales adecuados entre pacientes y profesionales, pueden surgir unas sinergias enormes y ayudaremos mucho a mejorar y a ahorrar costes". Desde la LIRE, Fernando Vega matizó que actualmente a las asociaciones les cuesta subsistir.
Por último, los ponentes subrayaron el valor de la enfermería y su capacidad para asumir nuevos roles en la atención al paciente con gota.
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