Vías para frenar las crecientes resistencias a los antibióticos
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Los avances en técnicas rápidas de diagnóstico microbiológico se hacen imprescindibles en la selección de fármacos
El fenómeno de la resistencia a antibióticos no es nuevo, ya que años después del descubrimiento del primer antibiótico, la penicilina, se detectaron cepas resistentes.
Sin embargo, es un problema creciente con alto impacto en el presente, llegando a detectarse bacterias con múltiples mecanismos de resistencia que hacen difícil su tratamiento. Por esta razón, es importante contar con herramientas de diagnóstico microbiológico que ayuden al clínico a identificar el patógeno y asignar el tratamiento más adecuado y dirigido al perfil de cada paciente.
El uso generalizado de antibióticos ha favorecido la posibilidad de que aparezcan microorganismos panresistentes (resistentes a todos los tratamientos), lo que nos llevaría a un escenario similar a la era preantibiótica. "Se ha convertido en un problema de salud pública, ya que estamos empezando a identificar algunas bacterias que son "inmunes" a todos los tratamientos antibióticos de los que disponemos, obligándonos incluso a emplear sustancias que habían dejado de usarse en el pasado por su toxicidad, como es el caso de la colistina" ha apuntado EleonoraBunsow, asesora médica de bioMérieux Iberia, empresa especializada en diagnóstico in vitro.
Las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos causaron 33.000 muertes en 2015 en Europa. De ellas, 3.000 surgieron en España.
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