Testimonio de Julián, el portero del edificio incendiado en Valencia: "No conté las veces que subí pero fui tocando las puertas para avisar"
El conserje ha contado, tras los cinco minutos de silencio guardados ante el Ayuntamiento valenciano, cómo ayudó a todos los vecinos que pudo
Hallado un nuevo cuerpo que eleva a 10 los fallecidos en el edificio quemado
El conserje del edificio incendiado del barrio de Campanar de València, Julián, ha rememorado este sábado, tras los cinco minutos de silencio por las 10 víctimas mortales en la plaza del ayuntamiento, cómo ayudó a todos los vecinos que pudo subiendo y bajando planta por planta mientras el humo se lo permitió.
"No conté las veces que subí pero fui tocando las puertas para avisar", ha relatado Julián, que asegura haber quedado impactado por la escena que vivió cuando avisó a una vecina, una persona mayor, de la puerta 72: "Abrí la puerta y vino una llamarada, la cogí y la saqué".
El incendio se inició en la puerta 86, en la planta 8 del edificio en el que el conserje trabaja desde 2009, cuando se construyó el inmueble y al que puede llegar a pie o en bici desde su casa ya que vive muy cerca, en Mislata.
Ha reiterado que ayudó "todo lo que dio" su mano, hasta que el humo le dejó, y que conocía a todos los vecinos, también a los fallecidos, que vivían en las plantas 9 y 10.
Julián ha visto las imágenes de la pareja que fue rescatada por los bomberos desde el balcón, a la que no pudo ayudar, pero sí a otros residentes a los que alertó del incendio llamando a sus puertas.
Pudo llegar hasta el piso 10 o 12, no recuerda con precisión, por la escalera paralela que llega hasta la planta 14; los vecinos iban bajando en grupo pero llegó un momento en que el humo ya impedía bajar por las escaleras y los bomberos le dijeron que se quedara en el patio del edificio por si necesitaban algo de él.
Entonces colocaron unos ventiladores grandes "para sacar el humo y la cosa se puso peor", caían las planchas ardiendo, y Julián se refugió en un rincón de la entrada para, después, salir y cruzar hacia fuera, momentos en los que -reconoce- lo pasó mal.
Ha señalado que el fuego avanzó muy rápido, y entre el incendio y el humo llegó un momento que ya no se podía bajar.
Julián sabe que ha ayudado a salvar la vida de muchos vecinos, quienes le han agradecido su labor alertando del incendio, especialmente la mujer de más edad que sacó de su casa, y entre quienes se encontraba un hombre en silla de ruedas.
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