Teresa Romero: "No sé lo que falló, o si falló algo, pero no guardo rencor"
"Si mi sangre sirve para curar a otras personas aquí estoy", dice la auxiliar de enfermería, que ha recibido el alta tras superar el ébola.
La auxiliar de enfermería Teresa Romero ha señalado que no sabe lo que falló para que se contagiara con el virus del ébola, que ni siquiera sabe si realmente hubo fallos pero que, no obstante, no guarda "rencor".
"No sé lo que falló, ni siquiera sé si fallo algo... sólo sé que no guardo rencor ni reproches", ha señalado Teresa Romero en una breve comparecencia ante los medios de comunicación, donde se ha mostrado visiblemente emocionada y respaldada con continuos aplausos. Romero, que ha reconocido que aún está "débil" y ha pedido "tranquilidad", ha señalado que espera que su contagio sirva para "algo", para "investigar la enfermedad". "Si mi sangre sirve para curar a otras personas aquí estoy", ha añadido.
Teresa Romero ha dedicado sus primeras palabras a todos aquellos que la han ayudado a seguir con vida y ha dicho que aún se siente débil, tras superar el ébola, por lo que ha pedido que a partir de ahora se respete su intimidad para continuar con su recuperación. Acompañada por parte del equipo médico, y en silla de ruedas, Romero ha sido recibida con un fuerte aplauso por parte de los trabajadores del centro y de los medios de comunicación que la esperaban y se ha encontrado con su marido Javier Limón, quien le ha saludado con un beso en la mejilla.
Javier Limón ha tomado la palabra al final de la comparecencia de su esposa y, en su nombre, ha señalado que no puede hablar de su perro Excalibur porque "se emociona demasiado" y ha apuntado que tiene "un recuerdo inolvidable" del animal, al que consideraban como el hijo que nunca tuvieron, algo que los que tienen mascotas entenderán. Ha agradecido a la familia amante de los animales que ha apoyado con la causa de Excalibur, una ayuda que fue "estéril", ya que, ha apuntado, "a nadie le importó lo relevante" que era el animal para una familia sin hijos. "Excalibur fue ejecutado sin darnos si siquiera la oportunidad de alegar", ha subrayado Limón, quien ha lamentado que se haya perdido la oportunidad científica de ver el desarrollo de la enfermedad en los animales y verificar si éstos son capaces o no de transmitirla. El marido de Romero ha resaltado que ni siquiera se comprobó que Excalibur estuviera afectado.
Por su parte, los médicos que la han atendido han subrayado que la auxiliar de enfermería podrá hacer vida "completamente normal" y no podrá transmitir la enfermedad porque es un virus que no permanece en el organismo tras la curación. Así lo ha indicado José Ramón Arribas, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y Tropicales del citado hospital, en una rueda de prensa anterior a la de Teresa Romero en la que han comparecido algunos de los profesionales sanitarios que le han atendido -han sido cerca de cien- durante los 30 días que ha estado ingresada. No obstante, Arribas ha dejado claro que Romero necesitará el tiempo suficiente para conseguir la "recuperación integral" de un evento "muy traumático", y podrá reincorporarse a su vida habitual "poco a poco".
El equipo médico que ha atendido a Teresa Romero ha reconocido que temió por su vida en los momentos "más críticos" de su convalecencia, pero ha detallado a su vez que el trabajo y la profesionalidad "han sido máximas" para sacar a la paciente adelante hasta su recuperación.
El personal sanitario que ha atendido a Teresa Romero en el Carlos III. / Fernando Alvarado (Efe)
Junto a Arribas han comparecido los doctores Fernando de la Calle, Marta Mora, Mar Lago, Marta Arsuaga, la enfermera Esther Bellón; el director gerente del centro, Rafael Pérez-Santamaría; y la subdirectora médica, Yolanda Fuentes.
Arsuaga ha remarcado que a día de hoy es complicado determinar qué tratamiento ha funcionado en el caso de Teresa Romero y ha apuntado que su sistema inmunológico seguramente ha tenido "mucha parte" en su recuperación. "Decir lo que ha curado a Teresa no podemos decirlo", ha añadido luego. Mientras, el doctor Arribas ha explicado que el tratamiento de soporte es relevante a la hora de tratar esta enfermedad y ha remarcado también que no se puede determinar si el tratamiento con suero de convaleciente y la administración del fármaco Favipiravir son eficaces contra la enfermedad.
Por su parte, el gerente de La Paz-Carlos III ha manifestado que el alta de Romero es una "gran noticia" después de un mes "complicado" para el hospital y ha querido manifestar su reconocimiento y agradecimiento del equipo asistencial "por su extraordinaria implicación" y su intervención de éxito para que la auxiliar de enfermería superara la enfermedad.
Desinfección de la habitación
La habitación en la que estuvo aislada Teresa Romero será biodescontaminada este mismo miércoles, ha informado el hospital Carlos III. Para ello, se utilizará el mismo sistema que en ocasiones anteriores: "tecnología con vapor de peróxido de hidrógeno (tecnología VHP), que genera vapor seco de alta potencia capaz de provocar una muerte biológica en un corto espacio de tiempo", indica en un comunicado. La planta seis quedará liberada y se actuará sobre las cuatro habitaciones antiguas con el fin de acometer obras de mejora y ampliación de las esclusas.
El dispositivo para pacientes con sospecha o confirmación de ébola cuenta ya con cuatro habitaciones con presión negativa y esclusas de mayor tamaño, así como con cámaras de seguimiento tanto en la habitación como en la propia esclusa, según el hospital. Una vez finalizada la fase de descontaminación de la habitación utilizada por Romero, según el hospital, está garantizada al cien por cien la seguridad de todo el entorno. De esta forma, el Carlos III, adscrito al hospital La Paz, recobra a partir de ahora su actividad normal.
Desde el centro se insiste en que el virus ébola no se transmite ni por el agua, ni por el aire, ni por los alimentos, aunque se recomienda no consumir carne de animales cuya importación no está autorizada en la UE. Los pacientes asintomáticos tampoco transmiten la infección y tampoco existe evidencia científica de que se transmita por animales no mamíferos, como insectos o aves. El virus no tiene capacidad de establecer infecciones crónicas en un enfermo y no se comporta como los virus del VIH o de la hepatitis C, por lo que no queda rastro cuando se recupera el paciente.
El personal asistencial, según el hospital, ha estado bajo vigilancia activa por parte del Servicio de Prevención de Riesgos del hospital desde el ingreso de la paciente. Además, cada trabajador continuará en vigilancia durante los 21 días posteriores a su última exposición. Estos días cuentan a partir del 1 de noviembre, día en que se levantó el aislamiento, por lo que los controles finalizarán el día 22 para el equipo asistencial, el 25 para el personal sanitario que entró a realizar la limpieza de la habitación y el 26 para el personal de la empresa de biodescontaminación. Las medidas de control para la vigilancia activa son tomar la temperatura corporal dos veces al día y alertar en caso de superar los 37,7 grados, según establece el nuevo protocolo del Ministerio de Sanidad. Además, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales realiza control de sintomatología y revisión con cada trabajador de las medidas de protección mediante un control presencial, así como control telefónico.
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