Sor María asegura que le "repugna" el robo de bebés
La religiosa, primera imputada por la causa de los niños robados, se considera inocente en una carta tras haberse negado a declarar ante el juez.
La religiosa María Gómez Valbuena, sor María, que se ha acogido a su derecho a no declarar ante el juez de Madrid que investiga la causa de los "niños robados", ha asegurado que son completamente falsos los hechos que se le imputan y que le "repugna" la separación bajo amenazas de un recién nacido de su madre.
Así lo ha expresado la monja en una carta abierta a la opinión pública, remitida a Efe, en la que expresa sus disculpas si no ha sabido "atender correctamente" a los medios de comunicación, tras comparecer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, que ha mantenido su imputación por los delitos de detención ilegal y falsedad en documento público.
"Me repugna en lo más hondo de mi ser, considero inadmisible e injustificable en ninguna circunstancia y jamás he tenido conocimiento de la separación de un recién nacido de su madre biológica, realizada bajo coacciones y amenazas", señala la religiosa en la carta.
Tras explicar que ha dedicado toda su "larga vida" a ayudar a los más necesitados de manera desinteresada y en cumplimiento de sus profundas convicciones religiosas, la monja, que acaba de cumplir 87 años, traslada su agradecimiento "de corazón" a todas las personas e instituciones que la han apoyado con muestras de afecto, respeto y consideración.
Por último, María Gómez Valbuena, a la que María Luisa Torres acusa de haberle arrebatado a su hija recién nacida en la clínica Santa Cristina de Madrid en 1982, indica en la misiva que espera que la situación por la que está pasando "se resuelva a la mayor brevedad". De momento, el juez Adolfo Carretero ha citado mañana a declarar como testigos a los padres adoptivos de esa supuesta "niña robada" y tiene previsto practicar nuevas diligencias.
Por su parte, el abogado de sor María intentó que el magistrado archivara el caso por prescripción del delito, pero Carretero desestimó su petición y ahora ha recurrido en apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid.
Así, fuentes de la defensa de la religiosa han señalado que estando pendiente de resolver ese recurso y dado que los hechos denunciados datan de hace 30 años y que sor María, que acaba de cumplir 87 años, asegura que no recuerda nada de lo sucedido entonces, se ha considerado que la mejor opción era ejercer el derecho a no declarar.
Sor María no declara
La religiosa María Gómez Valbuena, sor María, la primera imputada en la causa de los niños robados se acogió a su derecho a no declarar ante el juez de Madrid que investiga el caso y ha abandonado los juzgados, escoltada por varios policías, sin hacer declaraciones a los periodistas.
La monja, que ha comparecido ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, que instruye la denuncia de una mujer que asegura que la religiosa le arrebató a su hija en 1982 en una clínica madrileña, no ha podido evitar sin embargo la gran nube de fotógrafos y cámaras que la esperaban a la salida.
Además, un grupo de afectados por los robos de bebés aguardaban concentrados a la puerta de los juzgados madrileños de Plaza de Castilla, donde la han despedido con gritos de "sinvergüenza, ¿por qué no nos dejáis que la veamos?", mientras la religiosa abandonaba las dependencias judiciales en un Mercedes Benz todoterreno negro con los cristales tintados.
Tras su comparecencia, el juez Adolfo Carretero ha mantenido su imputación por los delitos de detención ilegal y falsedad en documento público.
Este procedimiento se abrió tras la denuncia -remitida por la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Madrid- de María Luisa Torres, que asegura que sor María le quitó a su bebé por "adúltera" en la clínica Santa Cristina de Madrid hace tres décadas, ya que el padre no era su marido, y después de haber intentado engañarla diciéndole que la niña había fallecido en el parto. El magistrado, que continuará con la investigación judicial y la práctica de nuevas diligencias, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, ha citado a declarar en calidad de testigos a los padres adoptivos de Pilar, la supuesta niña robada.
La monja, vestida con el hábito de las hermanas de la Caridad, ha estado en todo momento acompañada por otra religiosa durante su estancia en el juzgado, al que ha llegado antes de las ocho de la mañana, pese a que estaba citada a las nueve y media. Tras más de una hora en la que ha estado en una sala de espera de la sede judicial, su comparecencia ha durado apenas unos minutos, ya que se ha acogido a su derecho a no declarar, como ha confirmado la abogada de la acusación particular Ana Jiménez.
Una de las afectadas en la causa de los niños robados, Paloma Pérez, que se enteró hace ocho años de que fue separada de su madre biológica en contra de su voluntad, y cuya denuncia fue archivada por prescripción, ha expresado a los periodistas su indignación al comprobar que se le "da más protección" a la religiosa que a los perjudicados. Pérez, que esperaba a la puerta de los juzgados la salida de sor María, ha mostrado su incomprensión ante el hecho de que una persona, como la monja imputada, haya causado "tanto sufrimiento" "sin necesitar el dinero".
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