Sólo el 20% del millón de españoles con trastorno bipolar están bien tratados

Salud mental

Además de la farmacoterapia se requiere psicoeducación.

Atención Primaria o Ugencias suele ser la puerta de entrada a la atención sanitaria para muchos afectados.
Atención Primaria o Ugencias suele ser la puerta de entrada a la atención sanitaria para muchos afectados.
Manu Mediavilla / Ibiza

07 de junio 2012 - 01:00

En España hay casi un millón de personas con trastorno bipolar (TB), en Europa cinco millones y en el mundo 30 millones. Y esa "enfermedad del cerebro y del cuerpo", como la describe la experta Consuelo de Dios, conlleva un alto precio social y humano, ya que constituye la sexta causa de discapacidad e implica un alto riesgo de suicidio: la mitad de pacientes lo ha intentado alguna vez, y el 15% lo ha conseguido.

Este trasfondo estadístico, que enmarcó un encuentro para Memios de comunicación organizado por Lündbeck, se hace más inquietante a la luz de otros datos: el 49% de personas con TB permanece sin diagnosticar, y el 31% lo está erróneamente, lo que reduce al 20% los diagnósticos correctos.

Para colmo, no todos van seguidos del mejor tratamiento posible -a base de fármacos y psicoeducación, según coincide la comunidad científica y clínica--, unas veces por incumplimiento terapéutico ("cuatro de cada diez no toman bien los fármacos", alertó el especialista Francesc Colom), y otras por falta de recursos para combinar el imprescindible tratamiento farmacológico con la no menos necesaria psicoeducación.El reto de un diagnóstico correcto y un buen abordaje es tanto más urgente porque, como subrayó el psiquiatra Eduard Vieta, "la enfermedad es gobernable: no es curable, pero sí tratable". Lo que resulta contraproducente, advirtió, es tratarla solo con antidepresivos, ya que también se "necesita un fármaco de prevención de la manía" o "fase de elevación patológica del estado de ánimo" que completa el trastorno bipolar.

Ese es uno de los grandes problemas. La mayoría de pacientes acude a su médico de familia por sus síntomas depresivos, le recetan un antidepresivo y deja de tomarlo al sentirse bien. Solo vuelve a la consulta cuando nota otra crisis, y entonces su doctor "le riñe y vuelve a tratarle mal". Mientras la manía sigue sin la terapia que necesita, la repetición de episodios y recaídas hace cada vez peor la recuperación y añade problemas de disfunción cognitiva.

El TB es una enfermedad seria, difícil de investigar -nace con el ser humano, no hay modelos animales- y compleja de tratar al afectar a mecanismos cerebrales que regulan el estado de ánimo en sus dos polos -depresión y manía o euforia-, pero sin saltar necesariamente de uno a otro, porque también hay períodos de normalidad y sin alteraciones.

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