"Que los niños no salgan a la calle puede tener un efecto de estrés añadido"
Irene Martín | Psicóloga
Se intensifica el debate público sobre dejar salir a los niños durante la cuarentena
Como quien no quiere la cosa, estamos en la quinta semana desde que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anunciara el cierre de los colegios, institutos y el resto de centros educativos de la región como medida de protección frente a la entonces incipiente expansión del Covid-19.
Un día después se decretaría el Estado de Alarma, luego sus posteriores prórrogas y el consiguiente confinamiento de toda la población nacional. Millones de niños de toda España han estado desde entonces encerrados en sus casas, sin más espacio que ese para hacer lo que mejor saben y más necesitan: moverse.
La decisión del gobierno italiano de permitir la salida de niños (acompañados por sus padres durante un periodo corto, siempre cerca de casa) abrió en el país alpino un agrio debate.
En España la intención del Gobierno, a la espera de lo que vayan diciendo los datos, parece que será similar, y desde hace unos días se ha abierto un debate público que ya se forjaba en el interior de las casas: ¿Cómo afecta el encierro a los más pequeños? ¿Acaso no es importante su salud mental?
Lo cierto es que la necesidad de correr, jugar, saltar y entablar relaciones es esencial en el desarrollo de los niños, y no hacerlo puede llevarles a situaciones de ansiedad, pero muchos expertos creen que serán problemas temporales, y no algo que sin remedio en el futuro.
Irene Martín Carrasquilla, psicóloga clínica del Centro Luzanda y especialista en psicología infantil, asegura que “los niños tienen una necesidad de moverse que si no se satisface les produce frustración, al igual que a los adultos se la producen otras necesidades, y eso deriva en una serie de problemas, especialmente a nivel de estrés, también a nivel familiar”.
Cualquiera con niños en su casa estará viendo cómo en determinados momentos no paran de moverse: saltos en el sofá o en la cama, carreras en casa, gritos en el balcón… “estas situaciones a la larga sí que pueden tener un efecto de estrés añadido a todo lo que estamos viviendo, pero hay que tener en cuenta que es algo muy natural en los niños.
Necesitan hacerlo y, como padres, los adultos tenemos la responsabilidad de pasar la mano y permitirles cosas que en otras situaciones no consentiríamos”. Al menos, esa debería ser la consigna hasta que puedan salir a la calle. Con todas las “precauciones” que debe tenerse ante una situación tan excepcional como la que se está viviendo en el país, Martín Carrasquilla no cree que el confinamiento “termine prologándose tanto como para tener efectos negativos en los niños”, siempre y cuando, eso sí, “los padres sean capaces de atender esas necesidades de las que hablaba”.
Salir sí, pero seguro
En cuanto al debate acerca de si se está teniendo en cuenta no a los niños, la psicóloga tiene claro que “con las medidas que se han tomado no se ha tenido en cuenta a nadie en concreto, sino a la sociedad en su conjunto, en su protección, y por eso las excepciones se limitan a cubrir necesidades básicas: el alimento, los medicamentos en la farmacia….
Es cierto que nos enfrentamos a dos necesidades contrapuestas: la que tienen de movimiento, que también es importante para la salud, y la de evitar los contagios”. Sin embargo, “todos los colegas con los que he hablado coinciden en lo mismo: si hay que ponerlas en una balanza, el peso debe inclinarse hacia la protección” frente al virus.
Por todo eso, la psicóloga no cree que haya que pedir “ni exigir que se permita salir a los niños antes de tiempo” y que simplemente “hay que esperar a que nos digan que ya es seguro hacerlo”. Es verdad que “estamos en un sistema muy adultocentista: no pensamos mucho, casi nunca, en las necesidades de los niños, pero ni yo ni mis colegas creemos que se les esté haciendo una daño especial. Eso sí, “cuando de una forma controlada y en condiciones de seguridad se pueda salir, por supuesto deben tenerlos en cuenta como prioridad porque sí que es importante para ellos, su salud y su propio desarrollo evolutivo”.
Por ahora los niños seguirán en casa
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, indicó el 13 de abril que "hay que mantener todavía la medida" de confinamiento para los niños por "prudencia", porque son "vector de transmisión de la enfermedad" y en base a los datos epidemiológicos de los que disponen sobre la pandemia del coronavirus, frente a las peticiones que les están llegando para que los niños puedan salir a la calle.
"Siendo conscientes del grado de sacrificio que comporta para las familias y los niños, por prudencia y con cautela, conforme a la información que disponemos, hay que mantener todavía esta medida", subrayó Illa.
El ministro señaló que les han llegado "planteamientos en el marco de la Comisión de Sanidad o en el de las conferencias de presidentes de las comunidades autónomas con el presidente del Gobierno, en el sentido de permitir, de relajar las medidas en lo que hace referencia a los niños", pero insistió en que van a actuar con "máxima cautela".
"Somos conscientes del esfuerzo que significa para el conjunto de la sociedad y, en particular, para los niños y familiares, mantener, ya iniciando la quinta semana, unas medidas que evitan que ellos puedan salir, vamos actuar con la máxima cautela y prudencia en este asunto, cuando creamos que se den las condiciones de seguridad en base a los datos epidemiológicos y a las informaciones que vamos recibiendo y analizando cada día para que se pueda tomar esta decisión la daremos a conocer", detalló.
Illa reconoció que las medidas que tomadas en España son "unas de las más estrictas" de Europa y explicó que son así "por prudencia" porque los niños son "un vector de transmisión de la enfermedad". Aseguró que el Gobierno está "al tanto" de lo que han determinado otros países en y que la medida de relajar el confinamiento para los niños y la de para hacer deporte individualmente al aire libre "están siendo valoradas" pero no se pondrán en marcha de momento en que piensen que se dan "las circunstancias de seguridad". En cualquier caso, destacó que "el nivel de cumplimiento" de las medidas de confinamiento es "muy alto" e "impresionante".
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