¿Sabes que el café más caro del mundo lo defeca un animal?

El mundo del café

Las heces de las civetas aromatizan los más selectos granos, con un precio desde los 400 euros por kilogramo

Asociaciones animalistas alertan del maltrato al que se somete al felino en la producción del café

El proceso de recolecta y limpieza del grano

Tal cual. El café que más cuesta en el mundo es defecado por un animal. Una civeta para ser más concretos. Se trata del kopi luwak o café de civeta. La original receta se aprovecha de las heces de la civeta, alimentada con bayas de cafeto. El génesis del café de civeta es aún una incógnita, pero su ejecución, principalmente, en las islas de Sumatra, Java y Bali, -y también en Célebes, Filipinas, Timor Oriental, Vietnam y una parte de la India-, se basa básicamente en dar de comer a estos mamíferos frutos de las plantas del cafeto y recogerlos después de entre los excrementos del animal. La civeta no digiere del todo el grano de café maduro y las enzimas de su estómago le cambian y le aportan las características que lo hacen único.

El organismo de la civeta aprovecha la pulpa de la baya pero la semilla no la digiere y la devuelve enriquecida a la tierra. Es por eso que sea tan preciado. La civeta tiene esa capacidad extraordinaria y por eso este proceso no puede realizarse con otros animales. La posterior limpieza del grano de café del tipo arábiga o robusta y su tueste y molienda, la ejecutan los trabajadores de las empresas productoras.

Y es por esto que es la variedad más cara actualmente, siendo su precio de unos 400 euros por kilogramo. Su venta es realizada principalmente en Japón y Estados Unidos, pero su consumo se va extendiendo y ya es posible encontrarlo en muchos otros lugares, aunque en pequeñas cantidades.

PETA alerta del maltrato en la producción del café

La organización Peta, Personas por el Trato Ético de los Animales, es clara: Animales enjaulados, mal alimentados y con comportamientos erráticos son algunas de las prácticas enrraizadas en la industria del café de civeta.

La organización destaca que es una industria casi sin regulación. Hay poblados en Indonesia en los cuales toda la población está involucrada en la producción del café de civeta, cada familia suele tener de 10 a 20 animales enjaulados", aseguran desde la organización.

En cautividad la civeta asiática, que en libertad se alimenta de manera esporádica de bayas de café, consume durante un mes los granos de cafeto que comerían en todo el año; mientras son hacinadas en pequeños recintos y privadas de la compañía de sus congéneres.

Como resultado de tal dieta, los animales desarrollan deficiencias nutricionales y pierden parte de su pelaje, además de ser más proclives a sufrir enfermedades

Una civeta alimentada con bayas de cafeto
Una civeta alimentada con bayas de cafeto

Se estima que cada civeta es capaz de digerir al día una media de 25 granos. Y es por ello que en gran parte de las granjas se sobrepasa de manera abultada dicha cantidad, y esa es la razón principal de que el kopi luwak alcance tan alto precio.

Además, la privación de la libertad conlleva comportamientos neuróticos en los animales, tales como dar vueltas de manera frenética en la jaula, morder con ansiedad los barrotes o movimientos constantes de cabeza, y depresiones que arrastran a estos pequeños felinos hasta la muerte.

De otra parte, la civeta enjaulada puede morir también por depresión. Peta indica, no obstante, que algunos granjeros liberan a las civetas que han superado los tres años de cautiverio, pero después no se aseguran de la supervivencia de los mamíferos tras la pérdida de sus habilidades naturales.

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